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  • Andrea Mancera Rojas

martes, 28 de febrero de 2012

La similitud en nombres de registros es más común de lo normal, y es que no es suficiente que se soliciten signos fonéticamente y ortográficamente idénticos para ser negados, sino también que en su pronunciación puedan generar confusión en un determinado consumidor.

Este es el caso que protagonizan la compañía Telefónica S.A y Carlos Vives.

Fueron en realidad tres solicitudes por parte de Telefónica S.A para registrar la marca Wayra que se hicieron de manera simultánea, para las clases 38, 41 y 42 de la Clasificación Internacional de Niza.

Pero sorprendentes fueron las respuestas de las correspondientes resoluciones, en las cuales la Superindustria decide negar el registro del signo en las tres opciones, dado que existen en el mercado el mismo número de registros pero de la marca Gaira, cuyo titular figura el cantante y empresario Carlos Alberto Vives Restrepo.

En el primer caso, la clase 38 corresponde a Telecomunicaciones, y se estableció que los signos confrontados Wayra y Gaira compartían la misma naturaleza, finalidad, canales de comercialización y publicitación. Además, se evidenció que la marca solicitada Wayra reproducía la marca registrada Gaira, toda vez que la petición incorpora el elemento denominativo que distingue al segundo signo.

'Se observa que el solicitado en el aspecto fonético /uai-ra/ es similar a la marca registrada /gai-ra/, si bien en el aspecto ortográfico el signo solicitado Wayra trae como elementos diferentes las letras W y Y con respecto a las letras G e I de Gaira, tales características dentro de los conjuntos marcarios no representan un cambio sustancial, dado que, los signos en forma conjunta presentan semejanzas en la pronunciación y escritura, características que los hace confundibles entre sí', manifiesta la resolución de la Superintendencia.

Así mismo, la entidad manifestó que los consumidores al percibir en una primera impresión el signo Wayra frente a Gaira creerán por error que se trata de una innovación hecha a la marca original, por ende, la diferencia enunciada no desvirtúa las similitudes encontradas en los conjuntos marcarios.

Para la SIC, el hecho de que se pueda generar error en el consumidor, se evidencia que el signo solicitado no posee la fuerza distintiva ni la individualidad para ser registrado como marca, pues estas coincidencias generarían dentro del mercado una confusión directa, lo que hace que el cliente adquiera un servicio creyendo que se trata de otro. 'El consumidor compraría los servicios identificados con la marca solicitada, con la falsa creencia que son los que distingue la registrada'.

Se afirmó que en el caso en estudio se presentan de forma concomitante los dos supuestos señalados por la norma supranacional en estudio, los cuales son la confundibilidad y la relación de los servicios. Encontrándose así, el signo solicitado a registro incurso en la causal de irregistrabilidad establecida en el artículo 136 literal a) de la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina.

En las otras dos peticiones sucedió algo similar, pues en la clase 41 que ampara servicios de educación y esparcimiento; servicios de organización de actividades culturales y/o sociales; servicios de esparcimiento interactivo; servicios prestados por medio de redes de telecomunicaciones; y 42 que ampara servicios tecnológicos y científicos; servicios de investigación industriales; diseño y desarrollo de equipos informáticos y software, se argumentó lo mismo, dando la opción del recurso de reposición con subsidio de apelación.

Voceros de Telefónica S.A, manifestaron que interpusieron los recursos respectivos y que están interesados en obtener dicho registro dada la importancia del proyecto. 'Vamos a insistir con las vías legales para obtener la marca nominativa', concluyeron. En este momento, el proceso se encuentra en manos de la SIC quien debe resolver los recursos.

Antecedentes
Colombia fue el primer país en el que Telefónica implementó su proyecto Wayra. El año pasado comenzó a funcionar y ahora se encuentra en 10 países. Se trata de una empresa que otorga capital semilla a proyectos tecnológicos. Hasta el momento han tenido 6.000 propuestas. En la primera edición del programa se presentaron 487 proyectos de los cuales fueron escogidos diez para ser capacitados sobre estructuración. Se otorga a cada elegido un total de US$50.000.

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