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lunes, 27 de julio de 2020

Al momento de escribir esta columna no se quién será quien maneje los destinos del fútbol profesional colombiano en los próximos años. El abanico de candidatos es variado, hubiera sido deseable tener más mujeres, apenas una, María del Pilar Abella, realmente competente y conocedora a profundidad de la Dimayor, sonó frente a más de cinco hombres.

Las responsabilidades del nuevo presidente son complejas, variadas y no tengo claro si podrá asumirlas con total independencia. Se espera que las decisiones se tomen no por satisfacer las apetencias de la mayoría o de quienes votaron por el ganador sino que sean para el bien del fútbol profesional colombiano.

Personalmente creo que hay que organizar dos o tres temas fundamentales para dar un muy buen paso hacia adelante. El primero, lógicamente, son los derechos de televisión, este dinero es el que mueve las ligas y puede mejorar de manera dramática la calidad de los campeonatos. No existe un solo método de repartición, la experiencia europea muestra, sin embargo, tendencias lógicas. Una parte del total se debe repartir de manera equitativa entre todos los equipos de la primera división, del restante quienes más prenden televisiones y quedan en mejor posición al final de los campeonatos deben recibir más dinero. La idea de estos sistemas es incentivar a los equipos a mejorar e intentar desbancar a los que están recibiendo la mayor cantidad de dinero y sobre todo buscar que los equipos no estén cómodos en la segunda división. El mayor error de nuestro campeonato es que muchos equipos prefieren estar allí que jugar subir de categoría. No parece inteligente negociar estos derechos a más de cuatro años, el fútbol cambia mucho y muy rápido, en poco tiempo las nuevas tecnologías estarán acaparando la mayoría de los espectadores.

Es importante capacitar a los equipos en temas gerenciales, se hace indispensable el conocimiento en derecho laboral, contabilidad y gestión. Los equipos de fútbol deben ser empresas concebidas para producir recursos; adicionalmente el proceso de licenciamiento de clubes está diseñado precisamente para dotar a los clubes de herramientas para convertirse en verdaderas empresas. No se entiende como transferencias de mas de quinientos mil dólares están hechas por personas sin conocimiento que copian documentos europeos sin el mayor reparo. El fútbol es un excelente negocio si se maneja bien, para esto se requiere conocimiento y orden.

Estructurar la primera b es fundamental, por su naturaleza, es una división mediocre, no pasa nada si se pierden todos los partidos de la temporada durante mucho tiempo, este equipo seguirá recibiendo dinero pues no hay posibilidad de perder la categoría, esto impide que buenos jugadores jóvenes entren y que equipos aficionados organizados intenten volverse profesionales. Por el camino quedan grandísimos jugadores por no existir una demanda mayor. La tercera división es un imperativo para darle importancia a la segunda.

Por último pero no menos importante está el fútbol femenino, si en algún momento se pensó en realizar el mundial en Colombia debe ser porque alguien cree en esta disciplina. Es importante diseñar un torneo adecuado y competitivo que sea aliciente para las jugadoras y el público. La tendencia es mundial, cada día hay más y mejor fútbol femenino.

El fútbol colombiano está atravesando por el peor momento de la historia, se va a recuperar, de eso estoy seguro, la forma y el tiempo depende de quien sea el encargado de realizarlo.