lunes, 10 de junio de 2019

Desde hace un tiempo, la International Board, entidad encargada de modificar las reglas del fútbol, aprobó nuevas normas que modifican el juego que conocemos, no de forma dramática, pero sí pretende mejorar el ritmo y trata de despejar algunas dudas y temas conflictivos; son siete nuevas reglas y acá van algunas:
Un jugador que sale por un cambio puede hacerlo por cualquier lugar del campo, tema lógico que mejora el ritmo del partido y evita esos trotes lentos de jugadores que salen, antes solo podían salir por la línea que divide el campo de juego circunstancia que permitía pérdidas innecesarias de tiempo.
Manos en el área; un gol precedido por una mano en el área de un atacante, involuntaria o no, será anulado; esto evita el análisis complejo para el árbitro sobre la intención de tocar la pelota con la mano del jugador, facilita la labor del juez y termina con gran cantidad de complicaciones innecesarias.
No conozco el caso, pero en adelante si el último en tocar el balón antes del gol, lógicamente de manera accidental, es el árbitro no se validará la anotación, anteriormente se consideraba un objeto extraño y se validaba la anotación, en adelante se anulará. Preparando la columna vi algunos videos sobre el tema y son bastante anecdóticos, no afectan el juego.
El tema de la barrera siempre ha sido conflictivo, la distancia y sobre todo todos los tumultos, empujones, “pataditas” y cualquier cantidad de embrollos difíciles de manejar para un árbitro, el primer problema afortunadamente solucionado era el lugar de la barrera, a la distancia adecuada y de la pelota, el aerosol de espuma, un invento argentino sencillo, logró terminar con este inconveniente inicial, no siempre la tecnología es lo más adecuado. Ahora se busca evitar el resto del caos generado por un tiro libre y nuevamente para dar celeridad al ritmo de juego se decidió que no puede haber jugadores del equipo que cobra la falta en la barrera y deben ubicarse a un metro de esta, supongo que ahora la discusión será esa, cuál es la distancia para hacerse cerca de la barrera.
Los entrenadores son cada vez más participes del partido, gritan, dan órdenes y algunos ilustres conocidos pelean y se quejan permanentemente. Se permite ahora a los árbitros mostrarles tarjetas, amarilla y roja como a cualquier otro jugador, esto terminaría con el diálogo árbitro -técnico para que este último se comporte.
Más sutil es la posibilidad que de ahora en adelante tiene un arquero de tener únicamente un pie en la línea de gol, hasta ahora debía estar con los dos pies pisando la raya, me parece un cambio menor que no afecta en nada ni el cobro ni le da una mejor posición al arquero. De manera experimental se tiene que los penales terminan en el momento en que la bola es pateada y no es gol, es decir, si pega en el palo, el arquero la rechaza o cualquier otra circunstancia diferente al gol, se termina la jugada.
Me gustan estas medidas, entienden las dificultades de un árbitro para dirigir a 22 deportistas cada vez más rápidos y le ofrece al espectador un juego más fluido. Siempre está el árbitro, dirigente o jugador que considera que todo esto le resta “picardía” al fútbol, pero en general el resto de los espectadores agradecen un juego más sencillo y justo.
Al momento de escribir esta columna hay gran polémica por el monto de los derechos de televisión que se están negociando para el fútbol profesional colombiano, esperemos que todo este dinero se refleje en mejores y más cómodos espectáculos.