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lunes, 16 de julio de 2018

*Abogado deportivo.

Al leer esta columna ya se sabrá el campeón, por razones lógicas, al momento de escribirla ignoro si Francia o Croacia ganaron, personalmente prefiero a los croatas, un país azotado por la violencia se merece esa gran alegría. La final muestra una situación que me parece interesante de ver y que indudablemente contiene asuntos jurídicos.

El fútbol no ha sido ajeno al aburridísimo mundo de lo políticamente correcto, Fifa solicita que los camarógrafos de la transmisión no enfoquen más caras de mujeres bonitas en las tribunas y tampoco deja el cambio de camisetas de los jugadores al finalizar el partido. En contraria con las venias que le hacen al desagradable Maradona que fumó en las gradas y se le vio en un estado lamentable, doble moral muy del fútbol.

Hace ya mucho tiempo que las selecciones sudamericanas, a pesar de tener los mejores jugadores en todos los grandes equipos de Europa, no logran el primer puesto en el mundial. A vuelo de pájaro me parece que tiene que ver con organización y planeación a mediano y largo plazo. Muchos de los dirigentes de las federaciones sudamericanas buscan llegar a posiciones dictatoriales, del corte de Grondona, para hacer negociados directamente o por interpuesta persona descuidando el fútbol, suena raro pero pasa. Hijos de presidentes, como el caso ecuatoriano que son agentes de jugadores y que saltándose cualquier dilema ético prácticamente obligan a los técnicos, sobre todo de las juveniles, a convocar a los jugadores por ellos manejados. Eso en el mejor de los casos, en otros como el argentino la desorganización es total, contratos redactados a las patadas, jugadores tratados como enemigos y en general organización encaminada a satisfacer a los presidentes de los clubes y no de los jugadores.

Inglaterra y Francia han venido trabajando en sus equipos juveniles y el resultado se ve, igual ocurrió con Colombia que se planeó una buena participación en el mundial juvenil que organizamos y que permitió que varios de los jugadores estrellas de ese campeonato estén brillando hoy en el mundial y en Europa.

Los buenos futbolistas, todos, acabarán en Europa, salvo los ingleses y un poco los españoles, el resto de selecciones tiene que lidiar con deportistas en varios equipos y un trabajo reducido en selecciones, Francia, Croacia, Brasil y Argentina tienen sus estrellas en diferentes equipos de Europa y ahora de China, así que no parece ser esa la causa del fracaso. Las eliminatorias sirven poco para formar equipo, la necesidad de ganar obliga a los técnicos a jugar con “lo que haya” para clasificar.

Argentina, mientras tuvo un sistema planificado de selecciones juveniles, curiosamente a cargo de Don José, fue potencia y si bien no ganó siempre estuvo peleando el título, ahora todo tiene que ver con elecciones, plata de televisión y cargos en AFA, cinco técnicos para una eliminatoria es el epílogo del desaguisado. Colombia afortunadamente va por el camino contrario, llevamos mucho tiempo con el mismo cuerpo técnico y se nota en la tranquilidad y la buena mano de Pékerman, las juveniles se están olvidando y parece que la tentación de algunos empresarios de manejar estas selecciones no está siendo controlada. El negocio de unos puede acabar con las selecciones y la ilusión de todo un país. Esperemos que la Federación tome nota de esto.

En ocho días empieza todo el trajín para el extrañísimo mundial de Qatar, temas mucho más jurídicos aparecerán y una nueva y larga eliminatoria espera.