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martes, 17 de noviembre de 2020

A pesar de la suspensión del reconocimiento deportivo que el Ministerio del Deporte le impuso al Cúcuta Deportivo, el equipo continuó jugando sin mayores inconvenientes, apenas para la fecha del pasado jueves fue la Dimayor o mejor sus presidentes los que impidieron que continuara. Adicionalmente la semana pasada se ordenó la liquidación obligatoria del mismo equipo pues incumplió el acuerdo de restructuración. Esta orden de liquidación tampoco va a suponer impedimento alguno al equipo para seguir compitiendo; el Deportivo Pereira está siendo liquidado desde hace más de ocho años y hasta el momento el equipo sigue sin mayores inconvenientes. Llama mucho la atención el poco poder que las autoridades colombianas tienen sobre el fútbol profesional

Todo este sainete va en contra de la integridad del campeonato; América y Nacional ganaron 3-0 sin jugar, que para el momento, los pone en ventaja frente a otros equipos que luchan por pasar a las finales y que deben jugar partidos siempre complicados.

La Federación Colombiana de Fútbol y la Dimayor poco hacen para evitar que situaciones como la ocurrida. Desde hace unos cinco años Fifa ha tratado de poner en cintura a instituciones como el Cúcuta y expidió reglamentación sobre los clubes que tienen deudas con sus jugadores o con otros clubes; las medidas, al menos en Fifa, se toman de manera rápida y en general son eficientes para evitar esos bochornos. Se podría decir que la Federación y Dimayor no hacen caso ni siquiera a Fifa.

Indica Fifa en el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores: “Se solicita a los clubes que cumplan con las obligaciones económicas contraídas con jugadores y otros clubes, conforme a las condiciones estipuladas en los contratos firmados con los jugadores profesionales y en los acuerdos de transferencia.” Da algunas instrucciones administrativas, básicamente notificación de las deudas y luego indica las sanciones a las que se hace acreedor el club incumplidor. Si embargo hasta el momento, el Cúcuta, con deudas con sus jugadores de mucho tiempo atrás, continúa participando en los torneos.

El Ministerio del Deporte le suspendió el reconocimiento deportivo y tampoco ha sido obstáculo para que el equipo continuara participando; itinerante, sin sede propia, en hoteles alquilados sin ninguna seguridad e incumpliendo los protocolos para evitar el covid-19.

Siempre me preguntan ¿qué hacer? La verdad no tengo respuestas, personalmente creo, como muchos problemas del país, que no faltan leyes, más bien faltan personas que las apliquen de manera adecuada. Equipos como el Leeds o Fiorentina por mucho menos desaparecieron del mapa y les tocó arrancar de cero.

Una amiga experta en derecho deportivo me indica que se requiere una nueva ley, que entre otras cosas empieza a caminar por el congreso, que le entregue al Estado más herramientas para evitar situaciones como las del Cúcuta y que le permita sancionar no solo a los equipos como personas jurídicas afectando jugadores y trabajadores, sino más bien a los dirigentes, verdaderos culpables.

Con un congreso actual soy escéptico, a menos de dos años de elecciones una ley que tenga que ver con el fútbol es una excelente vitrina para la politiquería. Adicionalmente, aunque no creo que ocurra, Fifa sancionar a Colombia por injerencia en el fútbol. En la actualidad hay suficientes medidas para evitar que ocurra lo que ocurrió, el estado tiene instrumentos legales, el ministerio en su labor de inspección, vigilancia y control también y en últimas son dueños de los escenarios