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lunes, 24 de febrero de 2020

Siempre me ha llamado la atención la poca tolerancia que se tiene en frente de cualquier deportista individualmente considerado o en conjunto que saque ventaja por fuera del reglamento, bien sea por dopaje, por artimañas contra el reglamento o cualquiera otro.

Con ellos no hay piedad, un deportista tramposo debe ser erradicado del deporte de la manera más rápida y contundente.
No es así con el resto de las actividades donde se falsifican diplomas, se “pierde dinero”, se suplantan personas y muchas otras argucias sin que, en general, quienes lo realizan tengan alguna consecuencia negativa.

En el deporte, la semana pasada dos clubs importantes han sido sancionados de manera grave. En Europa, el Club Manchester City y en Estados Unidos, el también riquísimo club Houston Astros, por diferentes motivos.
El Manchester City, club cuyo dueño es un hipermillonario árabe que hace parte de la familia gobernante de Emiratos Árabes y que de manera sistemática gasta millones de libras para hacer el mejor equipo del mundo.

Esto por supuesto no le gustó a los equipos tradicionales, quienes azuzaron a la Union of European Football Associations (Uefa) para que lo castigara.
En efecto violó las reglas de Fair Play Financiero, que en pocas palabras significa que los clubes no pueden gastar en fútbol mas que lo que reciben por el fútbol que ofrecen.

En estricto sentido la sanción puede estar bien impuesta, sin embargo, quien sustancia la investigación es la misma entidad que acusa y que sanciona, la Uefa y esto tiene algo que no cuadra dentro de cualquier sistema sancionatorio, pero ya sabemos, el fútbol es distinto.
Dos años sin jugar Champions League es el castigo que, por supuesto, será apelado. Desde ya se espera una batalla jurídica interesante en la que se mirarán todos los aspectos de este asunto.

El asunto de los Astros de Houston es bien diferente al del equipo europeo, se le acusa de haber implementado un esquema sistemático de robo de señales.
El tema es complejo, en el béisbol, los diferentes jugadores y entrenadores se comunican por señales, un dedo, bola rápida, dos, curva (un ejemplo malo) y si bien es parte del juego robar señales para ayudar sobre todo al bateador y hay artistas en este aspecto no se puede hacer utilizando tecnología.
En este caso, mediante cámaras ubicadas en las tribunas del estadio de Houston y aparatos adheridos al cuerpo de los beisbolistas se logró una ventaja inusual para los bateadores que sabían de antemano que bola iba a lanzar el pitcher contrario.

No solamente por este artilugio sino por la calidad de sus jugadores los Astros ganaron la serie mundial de hace dos años.
Los americanos, más propensos a negociar, lograron conseguir información de los propios jugadores que gracias a esta ayuda obtuvieron inmunidad y no fueron sancionados.

Los dueños del equipo o el equipo mismo, lógicamente, tampoco fueron sancionados pues quien investiga y sanciona es la Major League Baseball, una entidad de clubes que, por supuesto, no haría nada contra uno de sus asociados.