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lunes, 16 de marzo de 2020

La respuesta a la emergencia por el coronavirus que el deporte en general y el fútbol cuyos campeonatos empiezan a definirse ha sido asombrosa, es rara y casi que sospechosa esta actitud cuando hemos visto infinidad de situaciones donde con más de 40 muertos en la tribuna un partido de fútbol se desarrolló porque, según algunos indolentes dirigentes, el fútbol es más importante. Se cancelaron prácticamente todas las ligas y no ha habido ninguna voz que se queje de lo malo que es para el negocio y que “el fútbol debe continuar”.

Hay varios temas que me parece se deben analizar, el primero es ¿qué hacer?, suena tonto, pero en el deporte hay poco lugar a la pausa, en tenis se juegan torneos cada semana, en fútbol tres torneos simultáneos más partidos de selección, ciclismo ya empezó la temporada igual los deportes a motor, adicionalmente es la época en que muchos deportistas buscan marcas mínimas para participar en los juegos olímpicos. No hay claridad en suspender, aplazar o cancelar.

Empecemos con el fútbol, en Europa, los torneos están atravesando momentos importantes, se definen campeones, descendidos y cupos a torneos internacionales, cancelar el torneo no parece la solución mas lógica, equipos como Liverpool que lleva muchísimo tiempo sin ganar su liga podría perder una oportunidad única pues si bien al momento de escribir esta columna no es matemáticamente el campeón, nadie podría afirmar que al final del torneo no sería el campeón, igual con Leeds equipo que ha tenido que remar desde las categorías más bajas y en estos momentos, no tan claramente como los de Anfield, está haciendo una campaña para volver finalmente a la máxima división.

Si se suspende el torneo que podría pasar, hay cinco equipos peleando por no descender, ¿a quién descienden? ¿a los tres últimos cuando todavía hay en juego mas de 25 puntos? La parte alta de la tabla ya lo comenté la diferencia entre el primero y el segundo es de 25 puntos, prácticamente ocho partidos, en este caso se podría decir que Liverpool ya es campeón, aunque matemáticamente no lo es.

Adicional a estos aspectos deportivos vienen los económicos y comerciales, los equipos no producen pues no están vendiendo su producto, pero sus costos permanecen estables, los salarios astronómicos deben seguir pagándose. A su vez sus patrocinadores no están exponiendo sus productos y las televisiones no están trasmitiendo fútbol. Ignoro cuanto tiempo va a durar esta inactividad pero, conociendo el fútbol, una vez el bolsillo de los equipos se vea afectado todo volverá a funcionar.

Mi principal temor son los juegos olímpicos; durante cuatro años los deportistas se preparan para participar, no es lo mismo que los campeonatos mundiales que en muchos deportes se desarrollan año a año, los países invierten sumas importantes de dinero pues un puesto alto en el medallero es un buen indicador como país y en este momento hay serias dudas del desarrollo de este evento.

Jugar a puerta cerrada, aplazar, cancelar, todo esto debe ser mirado con atención, hay muchos aspectos complejos y parece, al menos en estos momentos, que la decisión de muchos es pasar la página y mirar, en marzo, al 2021, el Giro de Italia se canceló, al igual que la Eurocopa de Naciones. La última vez que algo similar pasó fue mucho más puntual y se circunscribió a EE.UU. luego de los ataques del 11 de septiembre.