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martes, 6 de noviembre de 2018

El principal desafío del Gobierno en el campo aduanero ha sido poner a tono las regulaciones, los procedimientos y trámites con las tendencias mundiales.

Sin embargo, los esfuerzos por lograr la simplificación, armonización y facilitación de las operaciones aduaneras no han sido exitosos en razón de que ellos se han enfocado en la reforma de la regulación, pero se ha dejado de lado el obstáculo más grave para alcanzar este cometido: las falencias de las que adolece el sistema informático de la Dian.

Se trata de una herramienta en extremo precaria de la que se desprenden graves problemas y contingencias, no solo para los usuarios, sino también para los intereses del Estado.

Así, por ejemplo, en ocasiones la plataforma informática ha sido infiltrada por bandas criminales que han permeado la selectividad de las inspecciones lo que ha traído como resultado que los contrabandistas ingresen rampantes sus bienes a través de las aduanas, sin ser objeto de inspección alguna.

Son también recurrentes las caídas de la plataforma lo que lleva a retrasar los diversos procedimientos. A lo anterior se suma la falta de sincronización entre el Muisca (Modelo Único de Ingreso, Servicio y Control Automatizado) y la Plataforma Tecnológica Siglo XXI o Syga, lo que tiene como consecuencia la aparición de deudas inexistentes en cabeza de los usuarios por concepto de tributos aduaneros pagados.

Más grave aún, es que las falencias del sistema no permitan la inter-operabilidad con la Ventanilla Única de Comercio Exterior del MinCIT, razón por la cual la Dian no cuenta con la información en tiempo real de la Vuce, lo que le impide realizar los controles adecuados.

En medio de todo este entorno, resulta muy oportuna la iniciativa “Estado simple, Colombia ágil” lanzada por el Gobierno que tiene como propósito la eliminación de trámites innecesarios y, en este contexto, el fortalecimiento tecnológico de la Dian. Bien puede aprovecharse la ocasión para embarcar a esta entidad en el desarrollo de instrumentos de fiscalización digital.

Sobre el particular, su director José Andrés Romero señaló que la modernización de los sistemas puede contribuir a elevar el recaudo en unos $59 billones.

Entre los sistemas que pueden estudiarse, existen diversas alternativas. A manera de ejemplo merece mencionarse el Sistema Aduanero Automatizado o “Asycuda” (siglas en inglés), programa desarrollado en forma continua por la Unctad y que permite integrar las operaciones de aduanas con las portuarias.

Entre sus cualidades está la de posibilitar el intercambio computarizado de documentos para el control de un sin número de operaciones de carga y descarga, localización, traslados, ingreso y salida de depósitos y zonas francas. También permite el intercambio de datos en tiempo real entre los comerciantes y las autoridades y respecto de estas últimas entre sí y hace posible las conexiones entre las distintas entidades que intervienen en el comercio exterior, entre otras.

Para Colombia, la necesidad de contar con este tipo de programas no da espera, en especial si se considera que el proyecto de decreto aduanero que se planea expedir al final del presente año tiene dentro de sus propósitos el de armonizar la administración de la aduana y si realmente se pretende dar cumplimiento a los compromisos adquiridos en la Alianza del Pacífico.

Mientras ello no ocurra no habrá reforma a la legislación aduanera que valga.