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jueves, 11 de mayo de 2017

2. Asegure las pruebas: Es común que en medio de la exaltación se busque lavar las zonas intimas de los menores, así como destruir o lavar la ropa y los accesorios que el menor usaba en el momento de los hechos. Esto es un error, ya que elimina cualquier rastro biológico del agresor. Por el contrario, procure embalar en bolsas herméticas todos los elementos que hayan sido susceptibles de contacto con el agresor.

3. Acuda a las autoridades: Una vez garantizada la integridad del menor, si usted se encuentra en un centro de salud, comuníquese con la Policía Nacional a través de sus líneas de atención. Exija al centro de salud que se realicen todos los frotis y que, en caso de que el menor aún tenga la ropa que portaba cuando sucedió el abuso, esta se embale en recipientes idóneos. 

Si la atención médica no es requerida, comuníquese directamente con la Policía o diríjase a la URI de su localidad. Allí trasladarán al menor al Instituto de Medicina Legal para que se realicen los exámenes de rigor.

4. Denuncie los hechos: Para instaurar una denuncia, puede acudir a un profesional del derecho. En cualquier caso, será necesario ir a Medicina Legal para que se realicen las valoraciones correspondientes. Recuerde que la violencia sexual debe denunciarse y que por mandato legal no es optativo proceder de esa manera, menos aún para los padres de familia. De no denunciar, podrían incurrir en el delito de omisión de denuncia. Asegúrese de que la Fiscalía tenga en su poder las pruebas aportadas por usted o por los profesionales del centro de salud. De tener la entidad suficiente y al cumplir los requisitos legales, cuando se formule la imputación, se podrá solicitar en audiencia aplicar medida de aseguramiento contra el agresor. A través de su abogado, insista en que se dé el testimonio de la víctima en cámara Gesell como prueba anticipada. Con esto se evitará la doble victimización del menor y se tendrá un relato más fresco y veraz que el que puede darse luego durante el juicio oral.

5. Proteja la integridad del menor: En cerca de 85% de los casos de violencia sexual contra menores de edad en Colombia, el agresor hace parte del núcleo familiar. Acuda inmediatamente a la Comisaría de Familia más próxima a su domicilio y solicite las medidas de protección necesarias. Cuando el agresor es algún progenitor, puede solicitar la suspensión provisional de la patria potestad. Así mismo, busque ayuda psicológica pericial. Para la integridad emocional del menor es fundamental empezar a sanar y a superar lo sucedido, pero también es importante levantar más evidencias del caso. Con un perito experto en el tema, además de tratar el proceso traumático, será posible construir experticios técnicos, es decir, pruebas fundamentales para un juicio oral. Aunque se trata de un episodio traumático, es indispensable asesorarse de expertos y actuar con responsabilidad y criterio para brindar todos los elementos pertinentes que lleven el caso contra el agresor a un término exitoso.