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miércoles, 16 de junio de 2021

Desde una perspectiva global estamos viendo que cada vez más compañías están siguiendo los parámetros de responsabilidad ambiental, social y de gobierno corporativo (ASG) cambiando la forma en que se evalúa la actividad de las empresas con un impacto particular en los mercados emergentes. Factores como los riesgos ambientales, relacionados con contaminación y cambio climático; los sociales, relacionados con derechos humanos, laborales, igualdad de género; y los corporativos, centrados en transparencia, controles internos y composición de juntas directivas, surgen como un impulso a una nueva forma de hacer negocios a nivel corporativo.Estos principios son un conjunto de parámetros que las compañías deberían seguir en sus procesos de análisis y toma de decisiones en materia de inversión teniendo en cuenta su carácter positivo más allá del financiero.

Si bien, de los criterios ASG se viene hablando desde el 2004, cuando el secretario de las Naciones Unidas de ese momento (Kofi Annan), decidió convocar a los CEOs de las empresas financieras más grandes del mundo para que los incluyeran dentro de su modelo de negocios, son muchas las compañías que efectivamente los han implementado, un ejemplo es Credit Suisse en Europa y la Bolsa de Valores de Panamá en Latinoamérica.

Eduardo Atehortua, Head of Latam de Principles for Responsible Investment, destacó que la inversión sostenible creció en un 65% entre 2019 y 2020, gracias al impulso que países como Chile, México y Colombia han tenido frente la reinvención de la inversión de impacto. Respecto a este último, empresas como Grupo Argos, Colombina y la Bolsa de Valores de Colombia han adoptado los criterios ASG. La iniciativa más reciente la tuvo Grupo Argos y Bancolombia, quienes firmaron el primer crédito atado a indicadores de género y cambio climático. Dicha iniciativa es clave pues significa que Grupo Argos deberá reportar su avance en función del cumplimiento de las metas pactadas bajo el contrato de crédito en términos de equidad de género y cambio climático para recibir a cambio una reducción en la tasa de interés. Éstas transacciones, sumadas al crédito ASG anunciado por Cementos Argos y las emisiones de bonos verdes de Celsia, demuestran el compromiso del grupo empresarial por adoptar esquemas de financiación sostenibles.

Otro caso que vale la pena mencionar es el del Fondo de Pensiones y Cesantías Porvenir, que, el pasado 21 de abril, publicó su primer informe de sostenibilidad siguiendo la metodología GRI Esencial exponiendo los principales avances en materia de ASG evidenciando así el aporte de la compañía a la sociedad.

Los ASG son interdisciplinarios, buscan que los modelos de negocio se conecten con el entorno en que se desarrollan, teniendo como objetivo ser más respetuosos y alineados con el bienestar, la diversidad, la inclusión, la transparencia y la equidad para alcanzar una sociedad justa y equitativa.

Es en este contexto dónde surge la sociedad comercial de beneficio e interés colectivo (BIC), cuya actividad esta encaminada no solamente a la obtención de utilidades repartibles entre sus accionistas sino también en el beneficio del interés común.

Si bien la adopción BIC es discrecional de cada compañía, la misma podría demostrar un cambio en el enfoque de cómo se hacen inversiones y se manejan las empresas en Colombia. La invitación es a tener perspectiva, pues es momento de buscar inversiones de impacto y que las compañías vayan un poco más allá para pensar en todos.