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miércoles, 9 de octubre de 2019

En los últimos años, el revuelo que han tenido las propuestas regulatorias para los temas relacionados con el desarrollo, la administración y la interacción de la sociedad de la información digital con sus usuarios ha sido contundente a nivel nacional y, sobre todo, internacional. En Colombia, durante los últimos cuatro años han existido múltiples iniciativas que propenden por una regulación sobre el funcionamiento del comercio electrónico, las pasarelas de pago, los influenciadores digitales, las plataformas de contenidos digitales y otros temas relevantes que involucran el desarrollo de la economía digital, la innovación y la interacción de los usuarios de internet. La pregunta frente a las iniciativas regulatorias sería ¿si nos estamos embarcando en regulaciones eficientes frente a la naturaleza propia de la era digital?

Evidentemente, no existe una respuesta absoluta frente a esta cuestión, pues en todo caso, Colombia sigue siendo un país en potencial crecimiento, en donde todavía faltan muchas lecciones por revisar, bajo el contexto propio de nuestro país, para lograr profundizar en las medidas que exige una economía y unas herramientas que van a una velocidad inimaginable. Pero en todo caso, es importante rescatar la necesidad de una regulación eficiente, práctica y flexible que permita que todos los actores de la sociedad de la información logren ampliar los alcances de los beneficios de las relacionescomerciales/contractuales a través de medios digitales.

Para lograr generar un ambiente regulatorio próspero y atractivo para el crecimiento de la economía digital en Colombia es necesario tener en cuenta los siguientes puntos claves: i) Debemos confiar en que la autorregulación y el conocimiento de quienes hacen parte activa de la sociedad de la información, es un elemento valioso para el dinamismo de la economía digital, ii) se debe romper con el mito de que los que le apuestan a la economía digital y al internet no quieren ningún tipo de regulación y iii) se deben estructurar marcos normativos que sean flexibles en su aplicación, teniendo en cuenta que la creatividad en la era digital, en cuanto a la creación de modelos de negocio disruptivos e innovadores, es uno de los factores diferenciadores que incrementa el posicionamiento de la economía digital dentro de la mayoría de los mercados y el consumo.

Frente a lo anterior, podemos mencionar como una iniciativa positiva en estos últimos días, las declaraciones del Superintendente de Industria y Comercio, Andrés Barreto, como antesala a la expedición de unas posibles guías dirigidas a los influenciadores digitales, en donde se pretende dar un espacio importante a la autorregulación por parte de los mismos, dentro de su desarrollo comercial en la economía digital, permitiendo que este mercado innovador cuente con guías de buenas prácticas, para que los mismos actores aprendan sobre publicidad, derechos de los consumidores en éste contexto específico y las hagan realidad.

Dichas medidas, son un buen acercamiento al rol que pueden tener los entes reguladores frente a la economía digital, en el cual, no deben limitarse a generar reglamentaciones rígidas, que en muchas ocasiones crean barreras de crecimiento del mercado digital en Colombia, sino que también pueden propiciar iniciativas inclusivas en donde los actores mismos, pueden interactuar directamente, desde el manejo de su propio negocio, en la generación de un ambiente positivo que establezca un marco legal verdaderamente aplicable a estas actividades, que no genera trabas u obstáculos innecesarios al desarrollo de la economía que revoluciona nuestro presente y seguirá siendo protagonista en el futuro.