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miércoles, 15 de agosto de 2018

Durante los últimos años se han reducido casi a la mitad de su valor las exportaciones colombianas.

El gran reto del gobierno del presidente Duque será no solamente recuperar, sino sobrepasar las cifras históricas de exportaciones, en productos y servicios de valor agregado.

Es evidente la simpatía del Presidente por la economía naranja, es decir, la industria del entretenimiento, artes y cultura, lo cual significa grandes oportunidades especial para las ciudades mediterráneas de Colombia, aisladas por las montañas de los puertos y del comercio internacional, y con una escena cultural muy desarrollada, cuyos productos y servicios podrán exportarse por cable o satélite.

Si observamos la experiencia internacional, hay varios países alrededor del mundo que han basado el incremento de sus exportaciones en los productos naranja, complementando esta industria con innovación y alta tecnología, tales como Malasia, India, Emiratos Árabes y en especial Dubái, Irlanda y Uruguay.

En efecto, 74% del valor de los bienes y servicios producidos en las 200 zonas francas indias son de alta tecnología. En ciudades como Pune, Hyderabad y Bangalore, donde se han promovido fantásticas zonas de servicios, son un homenaje a la innovación y a la tecnología.

Otro ejemplo digno de mención es el de Dubái, donde se han inaugurado en la última década la zona franca de cine y televisión, la zona franca del internet, la cual alberga técnicos de más de 200 nacionalidades, para la producción de software y contenido; Silicon Oasis, es una zona franca inteligente destinada al emprendimiento de la alta tecnología, o la zona franca de las noticias y las telecomunicaciones, en donde las principales agencias del mundo tienen su sede para el Medio Oriente para producir, editar y difundir la información al instante.

En Malasia, se ha creado el corredor tecnológico de Kuala Lumpur, y en China, el último grito de la moda lo constituyen las zonas francas piloto (Pilot Free Zones) focalizadas principalmente en el e-commerce, que hoy representa 12% del comercio mundial, pero que en los próximos cinco años llegará a 30% del intercambio global.

En América Latina, también hay varias zonas francas de la economía naranja. En Uruguay, hay tres zonas dedicadas a los servicios como lo son: Zonamérica, la Zona Franca del World Trade Center de Montevideo, y el Parque de las Ciencias.

En República Dominicana, está la Zona Franca del Instituto Tecnológico de las Américas ITLA; en Costa Rica hay más de 800.000 metros cuadrados en zonas francas para servicios internacionales, entre ellos la Zona Franca de Forum, Zona Franca de las Américas, Zona Franca Global y la Zona Franca Coyol, donde grandes compañías multinacionales exportan sus bienes y servicios de valor agregado para América Latina, además de la Zona Franca de Intel.

En Colombia hay tres zonas francas que se han dedicado a los servicios de alta tecnología: La Zona Franca de Santander en Bucaramanga, Zonamérica en Cali, de reciente promoción, y la Zona Franca de Bogotá, en la cual 13.000 de los 32.000 empleos se dedican a servicios internacionales de valor agregado en back-office, call-centers y data centers, la cual obtuvo el diciembre el premio a la mejor zona franca de América otorgado por FDI.

Sin duda, si el presidente Duque desea fortalecer la economía naranja, será un reto crear escenarios con infraestructura e incentivos de clase mundial, que le permitan competir con los mejores países del mundo, y para ello la promoción de las Zonas Francas Naranja será un pre-requisito.