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jueves, 11 de febrero de 2021

Cuando aún éramos niños entendíamos las cosas a través de dibujos, colores e imágenes. Al crecer e ingresar al mundo del derecho nos chocamos con un mundo gris, psicorrígido, basado en creencias antiguas. Para muchos, los abogados solo construyen contratos eternos y sentencias repetitivas, todo en un lenguaje incomprensible.

Hay una idea errónea a partir de la cual se cree que, en caso de hacer más accesible, más entendible el derecho, los abogados no tendríamos propósito alguno, pero la realidad es otra. Hoy el derecho, como todas las profesiones, debe transformarse.

¿En qué consiste la revolución del derecho?
Debemos avanzar de la mano de un mundo que cambia a pasos de gigante. Hoy, un área tan fundamental como el derecho no puede ser estática, debe innovar, debe buscar salirse de su esfera y usar recursos de comunicación diferentes a los usados en la actualidad. Es evidente que la tecnología ha tenido un salto pronunciado desde finales del siglo pasado, creando herramientas que posibilitan alternativas de comunicación que hoy en día podrían ser utilizadas por el derecho.

Hoy se está dando la estructuración de alternativas de comunicación en los servicios legales, esta nueva alternativa se llama Legal Design. El Legal Design Lab nace en la Universidad de Standford mediante la combinación de conocimientos entre la Facultad de Derecho y la Facultad de Diseño, a cargo de Margaret Hagan. Su propósito es utilizar recursos visuales en aras de proveer servicios legales. Utiliza métodos prácticos, ágiles, enfocados al usuario, para hacer que el sistema legal sea claro, eficiente, comprensible y accesible para toda la comunidad.

Habrá algunos, aún atados a ese mundo gris, a los que les costará aceptar esta nueva revolución, pero un deber fundamental que tenemos como abogados es erradicar esa idea que el derecho nos pertenece. Debemos volver a su esencia: trabajar no para quienes conocen y comprenden del tema, sino para aquellos que no lo hacen. Debemos hacer que el sistema jurídico, que parece inentendible, sea cercano a la gente.

Sin embargo, si esa razón no es suficiente, gracias al Legal Design, y al pensamiento visual, podemos ahorrar tiempo y optimizar nuestros recursos. Piense en un contrato de 12 páginas, lleno de términos complejos, que solo usted como abogado puede entender. Ahora piense en ese mismo contrato, simplificado y acompañado de contenido visual, que todas las partes involucradas pueden entender fácilmente.

Usando Legal Design volvemos a la verdadera esencia del derecho, volvemos a ser niños que entienden a través de dibujos, colores e imágenes. Con esta disciplina se puede hacer que el derecho vuelva a ser de todos y que los abogados sean la herramienta que lo impulsa a mejorar.

Debemos transformar el mundo a través de la prestación de servicios legales. Depende de nosotros que el derecho deje de ser gris y tenga color. Transformar la forma en la que entendemos el sistema legal nos puede acercar a nuestros clientes y lo puede hacer mejor tanto para los abogados, como para el ciudadano de a pie. Sumerjámonos en el color y aceptemos el cambio sin miedo a lo que pueda pasar.