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  • Daniel Rojas Castañeda

martes, 2 de junio de 2020

Las firmas han tomado la decisión debido al impacto del covid-19 el cual ha afectado a diferentes sectores de la economía

Algunos de los bufetes que operan en el terreno local ya han empezado a sentir el impacto del covid-19 en sus cuentas y se han visto en la obligación de tener que reducir el salario a sus abogados, de momento, de manera temporal.

En concreto, Asuntos Legales conoció que bufetes con amplia trayectoria han tenido que disminuir, en algunas ocasiones, entre 20% y 25% el pago mensual de sus trabajadores. Así, por ejemplo, un abogado junior que antes podría estar cobrando por su trabajo un promedio de entre $3 y $3,5 millones ahora, si le quitan 25% pasaría a ganarse entre $2,2 y $2,6 millones.

Entre tanto, un asociado intermedio que podría estar ganando antes de la crisis del covid-19 entre $5 a $8 millones ahora su salario podría rondar entre $3,7 a $6 millones. Por último, los abogados senior, los cuales tienen un sueldo que podría oscilar ser de $10 millones o más, tendrían que reducir su salario hasta $7,5 millones.

Una de las principales razones de esta reducción estaría relacionada conque algunas de estas firmas tienen una gran fuerza en el área corporativa y de fusiones y adquisiciones, siendo está una de las que más le ha visto afectada a raíz del covid-19.

LOS CONTRASTES

  • Guillermo Cáez Socio de Cáez Muñoz Mejía

    “Creo profundamente que los abogados debemos hace tiempo de generar otro tipo de habilidades que nos permitan entender mucho más el entorno del mundo”.

  • Enrique Gómez Pinzón Socio ejecutivo de Holland & Knight

    “Ante tanta incertidumbre y con cambios en la situación de manera diaria, reaccionamos para mantener el negocio y continuar prestando los servicios oportunamente”.

Sin embargo, algunos bufetes aseguraron también que han logrado sostenerse debido a una serie de políticas de rigidez en la financiación que les ha permitido mantener su flujo de caja estable y no tener que asumir este tipo de medidas.

Enrique Gómez Pinzón, socio de Holland & Knight explicó que es razonable que dada la coyuntura actual se produzcan diferentes cambios en todos los sectores de la economía los cuales provocaron adoptar diferentes medidas para poder sostener el funcionamiento normal de las actividades.

“La reducción de ingresos en todas las actividades en que se desempeñan nuestros clientes dada la inmensa crisis económica nos ha llevado a reducir costos para poder sobrevivir con la reducción de honorarios de abogados que muchos clientes han adoptado”, explicó Pinzón.

Cada año en Colombia se ha visto un aumento en el número de abogados en el país, según un informe del Ministerio de Educación desde 2014 a 2018 creció 35,7% el número de estudiantes graduados en un pregrado de derecho (Ver gráfico). Ello genera que se produzcan nuevos retos para el sector y la búsqueda constante de un nuevo perfil de abogados, los cuales se deben adaptar a las circunstancias generadas.

En ese sentido, de acuerdo con Felipe Cuberos, socio de PPU, las firmas han tenido que adaptarse a mantener un contacto constante con el equipo y con los clientes, a asistirlos más y a permitirles tener una relación más estrecha. Gran parte de ello, explicó que debe provocar en los abogados de una nueva generación que deban ser más prácticos y con un gran conocimiento en las necesidades puntuales del negocio de sus clientes para adaptarlas al nuevo panorama normativo.

“Dado el panorama regulatorio cambiante y la inmediatez con que se le exige a los empresarios adaptarse, los abogados tienen que reforzar su especialidad todos los días en forma tal que cada quien responda individualmente por las consultas que son de su experticia sin mucha interconsulta interna”, aseguró Cuberos.

Lo importante es entender que el mundo de la abogacía si bien podrá tener problemas seguirá teniendo una gran cantidad de trabajo. Lo que aseguran algunos de los bufetes es que otras como las de tecnología, litigios y laboral empiezan a sentir un gran crecimiento en la demanda de sus consultas.

Según cifras del Consejo Superior de la Judicatura, hay 337.551 tarjetas profesionales de abogado, de las cuales, de acuerdo a la información obtenida con la Registraduría Nacional del Estado Civil, han fallecido 17.045, por lo que actualmente en el país hay un promedio de 320.506 abogados registrados para ejercer su profesión.

El Consejo Superior de la Judicatura, que lidera Diana Remolina, también destacó que algunas de las regiones donde más se han expedido tarjetas profesionales son Bogotá, con 112.265; Antioquía (35.714); Valle del Cauca (27.853); Atlántico (22.874) y Santander (15.617).

Además, destaca que Colombia ocupa el segundo lugar a nivel mundial en el índice de número de abogados, según un estudio del Centro de Estudios de Justicia de las Américas.

“En fin, son muchas las habilidades que se deben desarrollar en la era de la Cuarta Revolución, muchas que no se tienen y que las actuales y nuevas generaciones tenemos la obligación que adaptar para dejar de pensar en los modelos antiguos que llevarán a las organizaciones al fracaso”, indicó Guillermo Caéz, socio de la firma Cáez Muñoz Mejía.

Para Cáez, la pandemia ha logrado mostrar el lado más humano de las empresas y, en ese sentido, muchos abogados han fallado al ser estrictamente transaccionales. De esta manera, destacó que lo más importante es que se pueda generar un tipo de confianza con sus clientes.

A su vez, la firma de abogados Baker McKenzie, resaltó que sus operaciones se han mantenido ininterrumpidas en la emergencia sanitaria debido al covid-19 y que se han adaptado a la modalidad de trabajo remoto apoyado de diferentes plataformas tecnológicas.

Además, explicaron que ha sido fundamental contar con un enfoque estratégico en industrias, con abogados que comprenden las nuevas dinámicas que están surgiendo por sectores, para anticiparse a los retos que éstas puedan representar para sus clientes.

De esta manera, es importante que de las 160 facultades que hay en el país se preparen para estos cambios, para los nuevos retos de la digitalización, para adquirir competencias que están más ligadas con la nueva realidad, aquella la cual es incierta y trae panoramas más complejos.

Si bien algunas de estas grandes firmas aseguraron que van a seguir adoptando medidas temporales para superar la crisis, explicaron que no hay que quedarse con lo negativo sino ver la situación actual como una oportunidad de cambio, una que le permita no solo a ellas ser diferentes sino que también se estructure un nuevo sistema jurídico, más innovador y que logré abarcar más fácilmente las necesidades de las personas.

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