Los iraquíes votaron en medio de olas de violencia
Los iraquíes votaron en su primera elección nacional desde que las fuerzas estadounidenses se retiraron en 2011, en la que el primer ministro Nuri al-Maliki buscará un tercer mandato en medio de una violencia creciente.
La provincia occidental de Anbar está asolada por enfrentamientos entre militantes suníes y el Ejército iraquí. La economía del país es débil y Maliki enfrenta críticas de estar agravando las diferencias sectarias y tratando de consolidar el poder.
Los centros de votación abrieron a las 07:00 hora local, con un toque de queda vehicular en Bagdad.
Los votantes pueden elegir entre 9.012 candidatos y la elección parlamentaria servirá como un referendo para Maliki, un musulmán chií que ha gobernado durante ocho años.
Las elecciones se complicaron en el centro y sur de Irak con algunos inconvenientes hacia el mediodía, mientras la asistencia fue baja en regiones suníes, donde los residentes suelen tener a las fuerzas de seguridad y a los militantes inspirados en Al Qaeda.
Las disparidades fueron un recordatorio de las profundas fricciones entre la mayoría chií del país y los suníes.
La tranquilidad reinada en Bagdad a última hora de la mañana. Las rutas estaban pobladas de puestos de control del Ejército y la gente llegaba caminando a los centros de votación.
Vehículos “Humvees” custodiaban los sitios de votación. Alambre de púa rodeaba el área mientras las personas atravesaban los múltiples puestos de control para ingresar a votar. Varios docenas de militares y policías caminaban por las calles.
La aparente calma contrastaba con los comicios de 2010, cuando la capital fue azotada por explosiones.
Amenazas de seguridad
Maliki fue una de las primeras personas en votar en Bagdad en un hotel cercano a la fortificada Zona Verde, donde está la sede del Gobierno. El mandatario instó a la gente a imitarlo pese a las amenazas de seguridad.
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