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  • Diario Financiero - Santiago

lunes, 25 de julio de 2016

La Oficina Británica de la Propiedad Intelectual ha recibido, desde el 24 de junio, 10 peticiones para la utilización en exclusiva del acrónimo formado por la contracción de las palabras inglesas Britain y Exit (Reino Unido y salida). En Estados Unidos, también hay tres peticiones para registrar el signo.

Los grupos más interesados en bautizar sus productos con la controvertida marca son los fabricantes de bebidas. The Boston Beer Corporation, que elabora la cerveza Samuel Adams, solicitó al registro estadounidense la licencia para utilizar Brexit como nombre de una nueva sidra. En el Reino Unido, John Brewster quiere la marca para lanzar una gama de cervezas, mientras la firma Halewood International Brands pretende obtener la exclusiva para llamar Brexit a bebidas de alta graduación,  aunque esto puede chocar con el del grupo alemán Gölles, que pidió el uso de la misma para sus bebidas espirituosas.

Fuera del ámbito alcohólico, otra empresa alemana llamada Leisure Fun & Toys aspira a estampar la enseña Brexit en paquetes de té y café. Así mismo,  una panadería de Gales pedió el registro para identificar sus galletas y pastas.

Si alguien prefiere el queso, la firma británica Anthony Rowcliffe & Son pretende llamar así a uno de sus alimentos. Para quienes necesiten energía en la negociación con la Unión Europea, la compañía Quicksilver Scientific prepara el lanzamiento de las vitaminas del Brexit.

Los abogados, además de tramitar estas solicitudes, también quieren hacerse con los derechos del acrónimo más utilizado en la prensa global durante el último mes. El despacho Allen & Overy pidió el registro de la marca Brexit Law para su empleo en servicios legales, publicaciones, consultoría, conferencias, educación y asesoramiento financiero. Para evitar problemas cuando el Reino Unido salga de la Unión Europea, el bufete londinense presentó su petición tanto en el registro británico como en el europeo.

Como no podía dejar de ser en Londres, hay quien ha empezado a pensar en llevar la historia del referendum a los teatros del West End. Así se explicaría el deseo de Christopher John Bryant por registrar la marca Brexit the Musical.

Las obras políticas tienen atractivo seguro en esta ciudad, como se demostró en los últimos años con ‘The Audience’ (una obra sobre la relación de la Reina Isabel II con todos sus primeros ministros) y con ‘Great Britain’ (que trataba sobre los lazos entre la prensa británica y el poder).

Tampoco falta quien aspira a revender la marca. London IP Exchange, que gestiona un mercado de patentes, ha solicitado derechos sobre la marca Brexit para calzado, prendas de vestir, cerveza y bebidas en general.

Existe un período de dos meses en el que se pueden presentar alegatos a las peticiones para registrar la marca. En teoría, se concede la licencia al primero que reclama su utilización, si no choca con otro registro o el regulador considera que se trata de nombres genéricos que no deben usarse en exclusiva.

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