Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

miércoles, 4 de septiembre de 2019

El Gobierno Nacional tiene el mayor interés y entusiasmo en promover la transición energética en el país y, para ello, ha venido creando los instrumentos y la regulación necesarias para que Colombia entre en esta carrera. Se trata de transformaciones, tanto en las condiciones del mercado de la energía como en el derecho de la energía, con miras a cambiar las formas que tenemos hoy, de generarla.

Un paso importante y respecto del cual se ha avanzado, es buscar sustituir parcialmente, y poco a poco, las fuentes energéticas que hoy tenemos. Se pretende que a futuro sea la energía eléctrica la que mueva la economía, y no los combustibles fósiles. Hoy el gas es nuestra principal fuente limpia, después del agua; pero a futuro serán la biomasa, el sol, el viento y la energía geotermal, entre otros, las opciones para la generación eléctrica, gracias a las modificaciones regulatorias que se han venido haciendo. Se trata entonces de lograr en el mediano plazo la diversificación de fuentes.

Esa nueva energía para la economía colombiana deberá ser generada como se dijo, en parte, con fuentes renovables, pero en todo caso, las fuentes convencionales seguirán teniendo una participación, aun cuando con menos protagonismo. Eso es posible porque Colombia tiene el privilegio de contar con recursos naturales abundantes que le permiten producir y no comprar, los insumos necesarios para estas nuevas formas de generar energía eléctrica. Contamos con dos océanos, sol durante varias horas del día, vientos fuertes en ciertas regiones, y varias otras posibilidades más para producir energía limpia. Se quiere entonces modificar nuestra matriz energética, a partir de la multiplicidad de opciones, todas propias, con que se cuenta.

Además de la diversificación de fuentes, la eficiencia energética es otro punto de interés. Lograr que el consumo se racionalice es importante. A través de redes inteligentes, hogares inteligentes y aparatos inteligentes, cada día será menos el consumo de energía requerido para mover la economía y abastecer los hogares. Conceptos como el blockchain, la big data y la automatización, tienden a simplificar los procesos en el diario vivir de los ciudadanos y hacer más eficiente el consumo de energía.

Finalmente, debo hacer mención de la descentralización energética, que permitirá que junto con el modelo centralizado de generación que hoy tenemos, se abra paso el modelo descentralizado, ya en funcionamiento en Europa, que cambia el concepto de consumidor energético. El nuevo consumidor pasa a tener independencia, a controlar su consumo a través de la medición inteligente, e incluso, y a través de la autogeneración eléctrica, a convertirse en productor de energía disponible para otros que la necesiten. Cuando podamos masificar el almacenamiento de la energía solar o la eólica, la autogeneración a pequeña escala será en muchos sitios del país, una realidad.

Esta nueva visión de la generación de energía para el futuro, asegura la sostenibilidad de la industria, gracias a consideraciones de tipo social, ambiental, de uso de la tierra, de derechos humanos y de derechos del consumidor de energía, que se involucran. Ya el mercado está respondiendo y los consumidores son los más entusiastas. Parques solares, transporte público y privado con vehículos eléctricos y edificios inteligentes, son la novedad. Podría decirse sin lugar a dudas que arrancó la transición energética en el país.