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lunes, 9 de septiembre de 2019

Nuestro fútbol tiene sagas que poco a poco se desarrollan y que siempre tendrán un componente jurídico, la última es el asunto Carrascal - Tolima - América y otros. Ya hablé en esta columna del tema, pero apenas la semana pasada está empezando a terminar la película. En un fallo incompleto el Tribunal Disciplinario de la Dimayor sancionó con la pérdida del partido y por supuesto, los tres puntos que el Deportes Tolima había jugado contra el club Rionegro Águilas Doradas luego de verificar que el jugador Carrascal había sido mal inscrito por parte del Tolima.

En un comunicado del Deportes Tolima se informa que irán al Tribunal Arbitral del Deporte a defender los intereses no solamente de tal equipo sino del fútbol colombiano (eso dicen ellos). Parecería que este tribunal será quien en última instancia defenderá los derechos aparentemente vulnerados del Deportes Tolima; tengo algunos comentarios al respecto:

El primero es que, si bien, un tribunal arbitral debe aplicar las normas escogidas por las partes, en este caso supongo que será le código único de disciplina de la Federación Colombiana de Fútbol, de manera supletiva se debe manejar la ley suiza de las obligaciones, que es una legislación totalmente ajena a la realidad colombiana, no es cómodo litigar con esta situación y siempre aparecen incisos o jurisprudencia suiza que modifican totalmente los planteamientos construidos. Adicionalmente, los temas laborales no serán analizados bajo la óptica del Código Sustantivo del Trabajo sino con el código de las obligaciones suizo, las conclusiones pueden ser bastante inesperadas con esta interpretación.

El segundo tema y no menos importante es costos, ir al tribunal en apelación de una decisión nacional cuesta y mucho, los honorarios de los árbitros son altos y en el evento de ser confirmada la sentencia de la comisión disciplinaria de la Dimayor pueden condenar al Tolima a cancelar la totalidad de los costos y gastos del tribunal; ya le ocurrió a la Federación Colombiana de Atletismo en un caso de dopaje y debió pagar mucho dinero.

Los tiempos no son los mejores, por poner un ejemplo, en un mes, más o menos volverán a jugar Boca Juniors contra River Plate por Copa Libertadores y todavía está en discusión, en el TAS, la final del año pasado; lo que aparentemente era una virtud del de éste tribunal, la celeridad en los procesos, se perdió y cualquier procedimiento dura más de un año, por lo tanto, por allá en diciembre de 2020 tendremos un fallo que ya no será pertinente y que podrá cambiar la tabla del descenso de 2019, hecho absolutamente absurdo. Este asunto tiene dos partes iniciales, el Tolima y la Dimayor que puede ser ampliado por su puesto al jugador y a Águilas Doradas, por lo que, con la sola integración del tribunal se podrían demorar algo así como seis meses para luego hacer una audiencia, supongo que en Bogotá y que los o el árbitro fallen. Tema largo con el paso del tiempo intrascendente, pero esas son las reglas del fútbol en la actualidad.

El tema es complejo, tiene que ver con cláusulas de recisión, contratos de trabajo, inscripciones y campeonatos que seguramente son desconocidos por los árbitros nombrados, hay temas que ni siquiera han sido analizados por la Federación o la Dimayor como son las cláusulas de recisión, pedirle a un argentino, un suizo o un mexicano que analice algo que todavía acá no sabemos que es resulta a todas luces osado. Esperemos a ver qué sale de todo este sainete y que de una vez por toda se aclaren temas legales oscuros.