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lunes, 19 de febrero de 2018

La semana pasada se realizó en la Universidad del Rosario un foro sobre corrupción, se indicó cómo esta conducta perjudica a las personas consideradas individualmente y a las organizaciones y sociedades en general. No se habló de los casos conocidos y que no vale la pena mencionar en esta columna, se habló de las conductas del día a día que nos afectan y que son eso, corrupción. Sobra decir que esta conducta está en todos lados y que el deporte no está ajeno a semejante flagelo, no hablo de Fifa y el ya muy comentado proceso contra los dirigentes sudamericanos, más bien de situaciones puntuales, la de aquellos dirigentes que por dinero incluyen en competencias a deportistas que no tienen la calidad para participar y que por dinero, favores o quien sabe qué, dejan sin la oportunidad de participar a quienes por calidad y méritos propios deberían hacerlo.

Con gran sorpresa me enteré de una noticia sobre la participación de un golfista en el pasado Club Colombia Championship, el evento mas importante de golf profesional en Colombia. Un deportista, que se autodenomina “La Máquina” recibió una invitación del patrocinador para hacer parte de los jugadores del certamen. Pasados los primeros dos días de torneo, “La Máquina” había finalizado con rondas de 93 y 105 golpes respectivamente, no conozco mucho de golf, pero por lo poco que he podido investigar es un resultado que se acerca poderosamente al ridículo, en fútbol no sería ni siquiera un 6-0, podríamos estar hablando sin lugar a equivocarme de un 12 o 13 a 0 si no peor.

La pregunta que me hago es ¿cómo llegó esta persona ahí? ¿Cómo un golfista de tan bajo nivel logra participar en un torneo de esta categoría, habiendo profesionales preparados desde hace años para certámenes como ese? Los números de este golfista son contradictorios igualmente, por un lado son muy buenos y por otro afirma haber jugado una cantidad de rondas prácticamente imposible de realizar (13 rondas de golf en un solo día). Su participación no solo fue bochornosa a nivel individual, sino que dejó muy mal parada a la organización que no investigó a profundidad a quien invitaba, pues por méritos propios no lo hubiera logrado nunca. Esto también es corrupción.

Hay muchos y muy buenos golfistas jóvenes en Colombia y su participación hubiera sido si no destacable, al menos decorosa y habría sido un premio al esfuerzo y trabajo constante que por años estas personas han dedicado a su profesión. El deporte es una actividad altamente competitiva, con niveles de calidad altísimos que requieren esfuerzo, dedicación, tiempo y un toque de suerte, ser deportista profesional en cualquier disciplina es tanto o más difícil que serlo en medicina o matemáticas.

Conozco mejor esta situación en el fútbol, famosos son los técnicos en todos los niveles del fútbol que por dinero hacen jugar deportistas que en estricta competencia no llegarían nunca a profesionales.

Nuestro nunca bien ponderado Néstor Pékerman desterró los amiguísimos en la selección de fútbol, de periodistas empresarios y dirigentes con los resultados que todos hemos disfrutado; son pocos los casos en el que un jugador no llega por méritos propios. La corrupción, no está en actividades de muchos millones, en el deporte está en el día a día, con técnicos, dirigentes que le niegan la oportunidad a verdaderos deportistas y se la dan a quien no la merece por algo a cambio, en detrimento individual de quien pierde las pocas oportunidades existentes y del deporte en general que prescinde de los mejores a cambio de intereses particulares.