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viernes, 10 de septiembre de 2021

Las firmas de abogados y las startups se comportan en la práctica como dos cosas absolutamente distintas. Por un lado, el frenetismo de los emprendimientos tecnológicos, y por el otro lado, la estructura y el formalismo de las firmas de abogados. Así, que cuando estos dos mundos se juntan, las firmas nos enfrentamos a un desafío que cada vez es más común en un mercado local que se llena de startups, para la fortuna de todos.

Un cliente startup definitivamente traerá otro ritmo al cual las firmas están tradicionalmente acostumbrados. Las decisiones se toman en minutos, y este tipo de clientes demandan acompañamiento, y soluciones con la misma velocidad. Más ahora, cuando día a día emprendimientos locales conquistan inversionistas de Silicon Valley que traerán estructuras legales y contractuales mucho más sofisticadas y complejas que las que existen en el mercado local.

En el caso de Nieto Abogados, hemos conocido estas estructuras de clientes anteriores, y hemos también aprendido de la mano de las startups que hoy marcan el ritmo de la innovación, incluso para una industria tradicional como la nuestra.

Dentro de la experiencia que hemos tenido, estas empresas “se casan” en etapas muy tempranas del proyecto, ya que como firma, hemos sido nosotros mismos partícipes de la etapa de validación de la idea, y de acompañamiento en la búsqueda de la mejor estructura legal, para empresas pensadas desde el día 1 como empresas internacionales.

Los contratos laborales en empresas de base tecnológica, buscan constantemente herramientas que de cierto modo garanticen la retención de talento, herramientas como phantom shares, y paquetes de compensación accionarios son soluciones novedosas, soluciones que para el mercado nacional en general son relativamente nuevas.

Ahora, hemos identificado que el conocimiento que las firmas tengamos sobre los mecanismos de inversión preferidos por fondos internacionales, termina siendo un criterio determinante para las startups a la hora de elegir a la firma con quien querrán tener relación a largo plazo.

Pues hoy en día, existen vehículos legales de inversión muy amigables con los emprendedores, un ejemplo de ellos es el Safe (Simple Agreement for Future Equity), documento creado por la aceleradora Y Combinator hace unos años, y que hoy en día es el estándar en la industria, si bien se trata de un contrato que podría llamarse de inversión, en la startup le otorga al inversionista el derecho a recibir capital de la empresa en determinados eventos, por ejemplo cuando se presente una futura capitalización (conocida como Next Equity Financing o Qualified Financing) o por la simple venta de la compañía.

Por lo tanto, es fundamental para nosotros los abogados entender bien en qué consisten los acuerdos y contratos arriba mencionados, cuál es su función y las implicaciones que trae la celebración de éstos, con el fin de lograr un acompañamiento satisfactorio para futuros clientes.

Así las cosas, de las startups hemos aprendido, no sólo a adaptarnos al cambio y a trabajar de manera rápida y flexible, sino a ver que existen nuevas formas de trabajo que nos hacen mucho más productivos, aprovechando el tiempo de la mejor manera posible. Sólo las firmas que realmente sean capaces de mantenerse actualizadas y cuenten con un equipo de acceso casi que inmediato serán las que realmente se lleven al cliente.