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miércoles, 17 de enero de 2018

El pasado 10 de enero de 2018 se circuló el documento formal mediante el cual se inicia la primera controversia del año bajo el mecanismo de solución de diferencias de la OMC. En este Canadá solicita el inicio de la etapa de ‘consultas’ con EE.UU., para resolver medidas sistemáticas de la regulación de defensa comercial de este último, que presuntamente serían incompatibles con el régimen OMC.

La reclamación por parte de Canadá recae sobre seis puntos de la regulación de defensa comercial de EE.UU. - en particular en antidumping y medidas compensatorias (medidas para combatir subsidios). Por ejemplo, algunos de los puntos de Canadá recaen sobre la manera en que EE.UU. calcula el ‘beneficio’ que recibe un producto extranjero importado a EE.UU. por cuenta de un subsidio otorgado por el respectivo gobierno extranjero; también recaen sobre el hecho de que EE.UU. cierra el expediente probatorio antes de la determinación preliminar en las investigaciones antidumping y de medidas compensatorias; entre otros asuntos de la regulación estadounidense.
Lo interesante de esta reclamación es que no se trata de una demanda sobre una investigación antidumping o una investigación para imponer medidas compensatorias específica, sino se trata de una reclamación general sobre la regulación de defensa comercial de EE.UU. Es decir, de prosperar esta reclamación ante la OMC, EE.UU. no tendría que revisar y corregir su actuar en una investigación en particular - como suele ser el caso - sino tendría que modificar su regulación interna para volverla compatible con lo establecido en la OMC.

La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, indicó que esta demanda se da en parte como respuesta a los ‘aranceles injustificados’ que impuso EE.UU. a la madera blanda de origen canadiense (softwood lumber). Cabe resaltar que el tratamiento otorgado a la madera blanda de Canadá por parte de EE.UU. ha sido altamente controvertido entre ambos países desde hace un par de décadas, e incluso ya existe jurisprudencia al respecto, tanto en la OMC como bajo el arbitraje de inversión. Para EE.UU. esta reclamación es de alta trascendencia, pues tradicionalmente ha utilizado estos mecanismos de defensa comercial como una herramienta para proteger los intereses comerciales propios. No en vano el Representante de Comercio de Estados Unidos (Ustr), Robert Lighthizer, calificó esta demanda como ‘un ataque general y mal asesorado’. Asimismo, afirmó que esta reclamación no beneficiaría a Canadá sino a China, pues el incremento de importaciones de ese país a EE.UU. reemplazaría miles de millones de dólares de exportaciones canadienses a EE.UU.

El uso de estos mecanismos de defensa comercial por parte de EE.UU. no es en sí violatorio de la OMC. Las herramientas de defensa comercial como el antidumping, medidas compensatorias y las salvaguardias, están expresamente autorizadas bajo la regulación multilateral de comercio. No obstante, su utilización debe ser compatible con la regulación estricta de las mismas bajo la OMC.

EE.UU. ya ha sido demandado múltiples veces por la incompatibilidad de sus prácticas de defensa comercial frente a la regulación OMC. Sin embargo, estas demandas han recaído en su mayoría sobre investigaciones específicas y por lo tanto el cumplimiento de EE.UU. no ha requerido (salvo en algunos casos muy escasos) la modificación de prácticas generales. Por esto, será interesante estudiar el resultado de esta controversia y la eventual voluntad de cumplir por parte de EE.UU.