• Alejandra Rico Muñoz

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Hace un año, el mandatario llegó a 44% en desfavorabilidad y en febrero tocó por primera vez el terreno negativo, quedó en 51%

El presidente Gustavo Petro sigue en terreno negativo, su desaprobación en la última encuesta de Invamer quedó en 66%, es decir, subió seis puntos porcentuales desde la última edición. Aunque inició su mandato con una aprobación de 56%, para febrero Invamer reveló que esta cayó a 40% y en abril esta tendencia continuó, pues llegó hasta 35%; en junio y agosto de 2023 cayó aún más pues quedó en 33% en ambas oportunidades y en octubre quedó en 32%. Para esta edición su aprobación quedó en 26%, la más baja hasta ahora.

Con una base de 1.200 encuestados y un margen de error de 3%, los resultados de Invamer resaltan que la desaprobación de Petro se mantiene. En diciembre, el mandatario llegó a 44% en desaprobación, en febrero tocó por primera vez el terreno negativo y quedó en 51%. En abril, su desaprobación continuó subiendo hasta 57%. Su pico de desaprobación lo alcanzó en junio y agosto de 2023, en ambas fechas quedó en 61% y en octubre cedió un solo punto.

Para Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, esta encuesta es muy desfavorable para el Gobierno sobre todo porque demuestra la contracción de aprobación de casi 30 puntos, pues empezó su mandato con 56% de aprobación y ahora va en 26%. "Es evidente que la confrontación presidencial con los medios y con sus contradictores políticos no están funcionando para que el presidente Petro pueda llevar su mensaje a los colombianos o al menos para que los colombianos comulguen con Petro en algunas de sus propuestas más polémicas".

Guzmán señaló que, anudado a esto, el pesimismo de los colombianos también va al alza. "El estado de ánimo en términos de si las cosas van mejorando o empeorando van mal, el costo de vida va mal, la corrupción va mal y no parece haber destellos de esperanza ante los encuestados, salvo por unas excepciones importantes".

Agregó que sin cambios profundos en la forma de gobernar o el contenido de sus propuestas políticas es muy difícil darle un vuelco a la opinión pública.