De la misma manera, se señaló que entre los interceptados estaban los periodistas que cubrían los diálogos de paz en Cuba, además de los correos de los jefes de prensa de la guerrilla.
“Este caso fue mucho más grave que lo que sucedió con el caso Andrómeda”, dijo el Fiscal General al referirse a las chuzadas que se habrían hecho desde una oficina en el sector de Chapinero en el centro de Bogotá.
De hecho, dijo el Fiscal, que se busca establecer "quién y por qué con esa información obtenida de manera irregular pretendía interferir y afectar el proceso de paz de La Habana".
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