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  • Reuters

viernes, 18 de enero de 2019

Un vehículo cargado con 80 kilos de pentonita ingresó el jueves en forma violenta al centro de formación de oficiales

21 ascendió el número de muertos por el ataque con un carro bomba que explotó en una academia policial de la capital colombiana, en un hecho calificado por el gobierno como "un acto terrorista" que provocó temores de un regreso al violento pasado del país sudamericano.

La Dirección General de la Policía informó que un vehículo cargado con 80 kilos de pentonita ingresó el jueves en forma violenta al centro de formación de oficiales y que después de estrellarse contra un muro explotó.

El ataque, el peor de su tipo en la historia reciente de Colombia, también dejó 68 personas heridas. Una de las víctimas fue el conductor del vehículo cargado con los explosivos que irrumpió violentamente en la Escuela de Cadetes General Santander, el centro de formación de oficiales de la Policía Nacional.

"No descansaremos hasta capturar y llevar a la justicia al resto de los terroristas involucrados y les notifico a esos criminales que les espera el repudio social, el rechazo de todos los colombianos y la comunidad internacional, y el castigo ejemplar de la justicia", dijo el presidente de Colombia, Iván Duque, el jueves en la noche en una alocución.

El Gobierno y las autoridades militares y de policía se han abstenido de responsabilizar a algún grupo armado por el ataque que recordó momentos de tristeza y de terror que se vivieron en el pasado en el país sudamericano de 45,5 millones de habitantes.

Los ataques con vehículos cargados con explosivos fueron frecuentes en Colombia en medio de la guerra del Estado contra el Cartel de Medellín que dirigió el difunto narcotraficante Pablo Escobar, a finales de la década de 1980, así como por las acciones de los grupos guerrilleros izquierdistas.

Sin embargo, estos hechos se redujeron considerablemente tras el acuerdo de paz que firmaron en 2016 el gobierno y la desmovilizada guerrilla de las FARC para poner fin a un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 260.000 muertos y millones de desplazados.

Los ataques con explosivos más recientes han sido cometidos por el izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo con el que Duque mantiene congelados los diálogos de paz a la espera de que libere a 17 personas secuestradas y suspenda sus hostilidades.

Pero el grupo rebelde conformado por unos 2.000 combatientes y considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea se ha negado a aceptar las demandas.

El ELN es radical, tiene una cadena de mando difusa y disenso entre sus filas, lo que según fuentes de seguridad y analistas dificulta lograr un acuerdo de paz.

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