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  • José David Castilla

martes, 13 de noviembre de 2018

Juan Pablo Liévano aún no toma posesión del cargo ante el presidente

El futuro de la Superintendencia de Sociedades aún es incierto. El pasado 30 de octubre el presidente Iván Duque informó que había designado a Juan Pablo Liévano como director de ese órgano de vigilancia y control. Sin embargo, el nuevo superintendente aún no ha tomado posesión del cargo.
Fuentes consultadas por AL tienen diversas opiniones sobre los motivos de esta situación. Por un lado, sectores políticos afirman que existe falta determinación del Gobierno para concretar la posesión de Liévano, y que hay un conflicto de intereses, mientras que los sectores más prudentes afirman que se debe realizar un largo proceso de empalme, motivado en las especificaciones técnicas de la entidad.

Gustavo Valbuena, exsuperintendente de Industria y Comercio, aseguró que no debe exagerarse la situación. “El anterior superintendente realizó una gestión impecable. Por eso, Liévano debe mantener independencia técnica y política con el gobierno actual”. Frente al tiempo que ha tomado la posesión del nuevo funcionario, afirmó que “lo importante es que este tiempo justifique la decisión del Gobierno. Creo que debe haber un largo proceso de empalme entre sus directivos”.


Didier Lobo, senador del partido Cambio Radical, cuestionó los tiempos que se ha tomado el presidente para posesionar al nuevo director de la Supersociedades. “Desde el Congreso vamos a exigir que este nombramiento se haga con la mayor celeridad posible”, afirmó Lobo. También aseguró que puede existir ausencia de voluntad política para concretar este nombramiento.
José Miguel de la Calle, exsuperintendente de Industria y Comercio, afirmó que “por el momento esta situación no es tan dañina para la entidad, porque las delegaturas de la dependencia han realizado un trabajo muy bueno, para garantizar el pleno funcionamiento de los procesos administrativos”.

Otro punto cuestionado sobre el nombramiento del nuevo superintendente son los negocios que llevó a cabo con su firma de abogados Jiménez y Liévano Abogados. Liévano podría verse impedido en múltiples procesos administrativos y judiciales de la entidad, debido al objeto de los negocios que llevaba su firma.

Gustavo Ibarra, presidente de la Asociación Colombiana de Derecho de la Competencia, afirmó que esta situación no se puede exagerar, también dijo que “la ley provee mecanismos para evitar este tipo de conflictos de intereses”. Aseguró que no se puede ser tan purista frente a este tema, porque “le quitaríamos la posibilidad de dirigir estas entidades a las personas que vienen del sector privado”.

La última palabra para asegurar el nombramiento del nuevo superintendente recae en el Presidente de la República. Valga aclarar que la independencia de esta entidad es esencial para que Colombia cumpla con los requisitos de la Ocde en Gobierno Corporativo. La Supersociedades también jugará un papel vital para que el país suba en los estándares de transparencia internacional. Sin embargo, aún no tiene un timonel fijo que lo guíe en estos grandes retos.

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