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OPINIÓN

La COP 21

01 de diciembre de 2015

Canal de noticias de Asuntos Legales

En esta reunión global se trata de persistir en la lucha contra el cambio climático, planteada por el protocolo de Kioto sobre el cambio climático, adoptado el 11 de diciembre de 1997, y que entró en vigor el 1 de febrero de 2005. Como resultado de dicho protocolo, a cada país se le asignó un porcentaje, distinto según variables económicas y medioambientales de cada quien, para esforzarse en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que producía. El compromiso global era reducir un total de emisiones de gases de efecto invernadero de al menos 5% con respecto a los niveles producidos en 1990. Tal objetivo debería alcanzarse en un periodo de compromiso de 2008-2012. Con ello, se buscaba limitar el incremento de la temperatura mundial en menos de 2ºC, para evitar los efectos catastróficos que los científicos han predicho. Colombia aprobó este Protocolo a través de la ley 629 de 2000 y se ha comprometido ha adoptar esta lucha. La dificultad para la entrada en vigor del citado Protocolo, fue la no ratificación de lo acordado por parte de algunos países. Eran justo los que aportan más emisiones de efecto invernadero, que no querían ver afectado su crecimiento económico. Para poder cumplir la meta fijada, debían ratificarlo por lo menos 55 países, entre ellos los desarrollados, que representan 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, como se dijo, varios países industrializados se negaron a ratificar el protocolo, entre ellos, Estados Unidos y Australia. Se ha calculado que los que más contribuyen hoy a la producción de los gases de efecto invernadero son China con el 25,36%, Estados Unidos con el 14,4%, la Unión Europea con el 10,16%, India con 6,96%, Rusia con 5,36% y Japón con 3,11%. En Latinoamérica, Brasil aporta 2,4%, Colombia aún cuando no contribuye significativamente a la  producción de tales gases, sí es muy vulnerable a los efectos del cambio climático.

Por ello, el Presidente Santos anunció que se hará un ofrecimiento concreto de reducción de gases con efecto invernadero: se ha planteado el desafío de reducir la emisión de gases efecto invernadero en un 20% en los próximos 15 años, así como reforzar las estrategias para mitigar el impacto de las variaciones climáticas futuras. Lo cierto es que Colombia ya cuenta con un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, el cual está enmarcado por el Plan Nacional de Desarrollo “Prosperidad para Todos” 2010-2014, la Ley 1450 de 2011, y el Conpes 3700 de 2011.

Dentro de las estrategias allí definidas, además del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (Pnacc), están la Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono (Ecdbc), la Estrategia Nacional para la Reducción de las Emisiones debidas a la Deforestación y la Degradación Forestal en los Países en Desarrollo y la Función de la Conservación, la Gestión Sostenible de los Bosques y el Aumento de las Reservas Forestales de Carbono en los Países en Desarrollo (Enredd+) y la Estrategia de Protección Financiera ante Desastres. Todo esto está andando y ojalá el compromiso no sea algo difícil de cumplir, teniendo en cuenta que los avances en tecnología e innovación del país son lentos y que todos las maquinarias e insumos ecológicos tienen hoy precios muy superiores a los que contaminan. Si se lograra por ejemplo, que el servicio público de transporte funcionará con buses híbridos o eléctricos,  no sería tan difícil cumplir el compromiso que nuestro Presidente pretende adquirir.

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