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lunes, 5 de octubre de 2020

En estos momentos se está hablando en Colombia de la compra de varios equipos profesionales de fútbol de primera y segunda división, algunos con mucha historia, otros relativamente nuevos. Se dice que hay inversionistas extranjeros con mucho dinero que quieren comprar. El fútbol siempre será un buen negocio si se maneja de forma ordenada y sensata y si se tienen claros los objetivos, no todos los clubes pueden ser campeones y no todos van a descender, la clave está en fijarse objetivos adecuados.

Ahora bien, comprar un equipo de fútbol es una actividad compleja, estos son compañías que tiene una serie de particularidades bien distintas a el resto de las empresas, empezando por sus trabajadores. Salvo en el fútbol, no conozco otra actividad donde sus trabajadores son activos que como tal se contabilizan, en realidad son los derechos deportivos, pero a la larga se contabilizan personas. Más complejo es que el contrato de trabajo es fundamental para este hecho, de manera que en cualquier momento, por una decisión puramente laboral se pueden perder gran cantidad de activos y pueden poner al equipo en situación complicada desde el punto de vista contable y financiero.

Es recomendable hacer un estudio a profundidad del equipo que se quiere comprar para evitar malos cálculos en el precio y evitar sorpresas desagradables posteriores. El estudio de los jugadores y las divisiones inferiores debe ser realizado por especialistas en derecho deportivo que entiendan la dinámica laboral y deportiva.

En la mayoría de los casos, lo más valioso de un club son sus jugadores; al menos en Colombia donde pocos clubes tienen activos fijos importantes, por lo que hay que mirar contrato por contrato, convenio por convenio para hacer un cálculo preciso de qué se recibe o qué se va a comprar. No es lo mismo un jugador de 29 años con contrato a tres años que una estrella de 21 con contrato próximo a vencer. Adicionalmente estos jugadores pueden tener sus derechos económicos repartidos con los antiguos clubes.

Por otra parte las divisiones inferiores y los jugadores formados allí también deben ser analizadas desde el punto de vista jurídico para calcular derechos de formación y mecanismos de solidaridad que pueden llegar a representar algunos ingresos futuros interesantes.

Dicen en Colombia que los grandes equipos tienen o son unas marcas importantes y que pueden costar mucho dinero, personalmente considero que esta afirmación dista mucho de la realidad. La mayoría de los productos de los equipos colombianos son pirateados, hace algún tiempo un club grande calculó que de 10 camisetas vendidas apenas una era original y aportaba algo a las arcas del club. Los clubes hacen poco por defender sus marcas por lo que no considero que el precio sea muy elevado. La potencialidad de recibir dinero es importante pero la realidad actual es bien diferente, mientras no se asuman políticas claras y enérgicas de lucha contra la piratería en implementos deportivos de los clubes colombianos y por supuesto de la selección, resulta equivocado pensar que esas marcas tienen un gran valor.

En resumen y ojalá me lean quienes tienen el dinero y la paciencia para volverse dueños de un club en Colombia, es absolutamente necesario contratar un experto en derecho deportivo que lo asesore en estos temas. Que entienda de reglamentos y leyes del deporte y que pueda analizar desde el punto de vista jurídico y financiero lo que realmente cuesta el club que estarían dispuestos a comprar.