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lunes, 22 de julio de 2019

En estos momentos varios jugadores están en la mira de equipos poderosos; Nápoles, Juventus y varios ingleses están negociando con los agentes de las grandes estrellas que quieren cambiar de club y con las que podrían contar la próxima temporada.

Los futbolistas difícilmente pueden acercarse a los clubes, son sus agentes quienes de manera aparentemente profesional buscan las mejores oportunidades para sus clientes deportistas.

Todo parecería indicar que el agente debe identificar el mejor equipo, con las mejores oportunidades financieras y deportivas para sus jugadores, desafortunadamente esta situación difícilmente ocurre; los agentes, a pesar de estar muy bien remunerados por los futbolistas, generalmente acaban ayudando a los clubes en detrimento de sus clientes.

Los agentes no dependen de un solo jugador, así sea el mejor del planeta, es más, su fuente de trabajo son los clubes, de manera que frente a un conflicto jugador-trabajador club-empleador acaban defendiendo los intereses de los clubes; es lógico no pueden enfrentarse a un club que emplea a varios de sus jugadores; y renunciar a ingresos futuros importantes. Frente a una disputa de un jugador para salir de un club importante, sin lugar a dudas, el agente intentará por todos los medios satisfacer las demandas del club. Los jugadores con mayor poder o mejor, los agentes que mejor negocian a sus clientes son sus propios familiares; el caso de Messi y de Neymar Jr son bastante ilustrativos, no tienen problema en enfrentarse con el club de sus hijos pues no tienen más clientes y si los tienen, la remuneración no es un factor tan importante como el interés de su hijo.

En varios documentos de Fifa y del deporte en general se busca evitar los conflictos de intereses, sobre todo cuando de agentes se trata, las federaciones nacionales deben registrar solo a aquellas personas que no tienen ningún vinculo con clubes o ligas, sin embargo hemos visto como los hijos de los presidentes de Federaciones Nacionales, o importantes dirigentes son licenciados para realizar la actividad de intermediarios de jugadores; sin ir más lejos, el hijo de Luis Chiriboga, el antiguo presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, hoy apresado por múltiples delitos, manejó a sus antojo gran cantidad de jugadores ecuatorianos. En Colombia alguna situación similar existe hecho que entorpece la labor de los técnicos de las selecciones juveniles.

Muchos jugadores deambulan por varios clubes sin poder afianzarse en ninguno pues lo mejor para el agente es que sus jugadores cambien permanentemente de equipo; lo vimos hace algún tiempo con Falcao García que fue prestado al Manchester United y al Chelsea donde se desesperaba como suplente. Los jugadores deberían entender esta situación, muchas veces el agente más poderoso a nivel económico no será el que mejor entienda y defienda sus intereses, no siempre llegar a el mejor club del mundo (Barcelona o Manchester United, por nombrar a alguno) implica la mejor decisión para el jugador; al club catalán han llegado dos grandes defensas colombianos que al día de hoy son una bonita anécdota y semestres llenos de frustraciones.

Es difícil para un agente defender de manera vigorosa los intereses de sus clientes frente a clubes grandes, sin embargo, es su función, su obligación y se les remunera para realizar esta labor. Esperemos que los jugadores colombianos, grandísimos deportistas, entiendan esta situación y prefieran no a los mejores agentes sino a aquellos que defiendan sus intereses particulares.