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lunes, 3 de septiembre de 2018

Lo he dicho en inmuerables columnas, que la actividad que más discriminación y segregación en temas de género ofrece es el deporte. Las disciplinas son diferenciadas por sexo con competencias mucho más suaves para las damas y algunas no las realizan las mujeres con la anticuada visión de que son más débiles; el boxeo, la maratón y como no, el fútbol, estaban prácticamente proscritos para el sexo femenino. En atletismo para las mujeres es heptatlón lo que a los hombres decatlón y en tenis los torneos de mujeres son a tres sets mientras que en hombres son a cinco.

Ni que hablar de las comodidades y facilidades de los futbolistas hombres frente a las damas, viáticos superiores y vuelos en primera clase siempre para los hombres, nunca para ellas. Llama la atención lo realizado por el equipo masculino de fútbol danés que cedió parte de sus viáticos para que las mujeres danesas de la selección ganaran el mismo dinero.

Esto ha cambiado, pero la brecha sigue siendo amplia, el torneo femenino de fútbol profesional en Colombia dura apenas medio año y las escuelas formadoras de futbolistas mujeres no pueden cobrar formación a diferencia del fútbol masculino. En temas de indumentaria las deportistas de voley playa deben utilizar bikini y la pantaloneta debe tener unas medidas minúsculas (seis centímetros) que supongo no son lo mas cómodo para practicar este deporte, los hombres por el contrario no tienen ninguna restricción y mucho menos dimensiones mínimas o máximas en sus uniformes.

La última manifestación de sexismo en contra de las mujeres ocurrió la semana pasada en el torneo abierto de tenis de Estados Unidos que en un partido jugado a altísimas temperaturas la tenista francesa Alizé Cornet se quitó la camiseta durante menos de 20 segundos, simplemente porque la tenía al revés. Gran sorpresa causó la amonestación por conducta antideportiva que se le hizo el juez por esta actividad, por su parte los jugadores hombres, y hay innumerables imágenes de Novak Djokovic, se pueden quitar la camiseta y permanecer tiempo prolongado de esta forma sin mayor inconveniente desde el punto de vista reglamentario.

Las reacciones no se hicieron esperar y rápidamente la organización retiró la prohibición a las mujeres de quitarse la camiseta en la cancha y se disculpó con la jugadora. El tema de vestimenta siempre ha tenido que ver con las mujeres, a los hombres se les imponen poquísimas restricciones, en Quatar se le prohibió a una atleta española competir en top pues estaba en contra de la “cultura del país”, más complejo será esta prohibición pues entre septiembre y octubre de 2019 se realizará el campeonato mundial de atletismo en ese país.

Siguiendo con este tema la ajedrecista ucraniana Anna Muzychuk campeona mundial en dos categorías de ajedrez rápido renunció a participar en el mundial que se llevó a cabo en Arabia Saudí al considerar que se le trataba como ciudadana de segunda categoría a pesar de que la Federación Internacional de Ajedrez les “permitió” a las mujeres jugar sin tener que cubrirse la cara pero con un código de vestimenta rígido con pantalón y camisas de cuello alto.

Finalmente a finales del año pasado se impuso a las mujeres golfistas un Dress code con cuellos altos, mangas largas, pantalones y faldas a la rodilla hecho que llevó a varias jugadoras a quejarse pues algunas están más cómodas con prendas diferentes que en algunos casos realzan la figura de la deportista. Falta mucho para lograr la ansiada igualdad de género en el deporte; se han dado pasos importantes, pero la dinámica de esta actividad hace que todo sea más lento y complicado.