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sábado, 17 de septiembre de 2016

También en temas de dopaje hay muchos mitos, leí hace poco de choques eléctricos, amputaciones y no sé qué otras prácticas dignas de una casa de horrores que, de ser ciertas, no son dopaje; también se habla de sistemas más dulces como “dopaje psicológico y aún musical”. 

Finalmente sustancias que evidentemente mejoran el rendimiento, como la cafeína no son consideradas dopaje y se pueden consumir sin mayor problema, por el contrario, sustancias que no hay duda que no mejoran el rendimiento y en algunos casos lo desmejoran, son consideradas dopantes, el mejor ejemplo de esto es la marihuana.

Todo lo anterior para indicar lo complejo, contradictorio y muchas veces absurdo del sistema de control al dopaje; las autoridades buscan a como de lugar sancionar y se inventan teorías que no son creíbles pero que al final terminan por aplicarse a los deportistas, adicionalmente todo buen deportista es inmediatamente acusado de doparse con “algo” muy bueno que no se detecta.

Luego de la expulsión de muchos deportistas rusos al descubrirse toda una trama de dopaje organizada directamente por el gobierno, un grupo de hackers atacó el laboratorio de control al dopaje de Estados Unidos y publicó información recogida de la base de datos del Sistema de Administración y Gestión Antidopaje (ADAMS) en la que se indicaba que muchos deportistas americanos, tenían “permiso para doparse”, específicamente la gimnasta y medallista Simone Biles las tenistas Williams y a la jugadora de baloncesto Elena Delle Donne. Lejos están estas deportistas de haber competido dopadas o de hacer trampa; se nota que los hackers saben mucho de sistemas pero poco o nada de deporte. 

Los deportistas, como cualquier otro ser humano pueden tener, y en efecto tienen, problemas de salud que deben ser tratados con sustancias y medicamentos que al estar en la lista de sustancias prohibidas podrían ser considerados como dopaje, sin embargo, son antes que nada medicamentos necesarios para curar alguna dolencia. 

El deportista que debe consumir alguna sustancia prohibida, puede solicitar una excepción de uso terapéutico, que le permite consumir determinada sustancia, no para mejorar el rendimiento sino para curar la salud, este es el caso de estas deportistas. No se puede equiparar un fraude sistemático del control al dopaje con un uso terapéutico de una sustancia prohibida.

La excepción de uso terapéutico es difícil de conseguir, requiere evidencia médica del problema de salud del deportista y de la pertinencia de la sustancia utilizada, se otorga por tiempo limitado y debe ser renovada de manera permanente bajo supervisión de la Agencia Mundial al Dopaje, por lo que mal se puede hablar de permiso para doparse o de “adictos al dopaje”, los deportistas son seres humanos que requieren medicamentos y son usados bajo estricto control. Sería conveniente conocerlo de manera previa pues evitaría suspicacias y malentendidos.