Agregue a sus temas de interés

Agregue a sus temas de interés Cerrar

lunes, 11 de diciembre de 2023

El fútbol evoluciona de manera permanente gracias a las comunicaciones y a la información aparecen nuevas herramientas para desarrollar mejor este deporte.

Hasta hace poco tiempo había un director técnico, un preparador físico y poco más; hoy en día equipos como el Manchester City puede tener un cuerpo técnico de más de veinte personas; los jugadores por su parte tienen entrenamientos diferenciados por puesto y edad que los hace cada día más eficientes y desarrollan de mejor manera sus trabajos. Permanentemente se mide más cada una de las actividades de éstos en los partidos y en el entrenamiento. Cada vez son más rápidos y hábiles.

Contrasta lo anterior con los árbitros que cada vez son más malos. No se nota ninguna diferencia entre aquellos que hace unos 25 años pitaban de manera impecable partidos a estos que lo hacen mal con más ayudas. Hasta hace poco la percepción es que los árbitros europeos eran mejores que los sudamericanos; se les veía mucho mas conocedores del reglamento y físicamente mejor preparados que los de este continente. En estos momentos me atrevo a decir que en ambos lados del Atlántico los árbitros son malísimos. El fútbol cambió y estos genios que ya no son de negro pretenden seguir manejando los partidos con malas caras, manifestaciones impostadas de autoridad y muy poco diálogo.

Ni que decir de los jueces de línea, antes estaban milimétricamente parados con el último hombre y sabían perfectamente cuando levantar la bandera en fuera de lugar. Se podían equivocar, siempre lo han hecho, pero desarrollan su labor de manera impecable, sin intercomunicadores ni cuarto árbitro. Buen estado físico, conocimiento del reglamento, algo de intuición y sacaban los partidos adelante.

El VAR los volvió perezosos y casi que estúpidos; no son capaces de tomar ninguna decisión, cualquier duda se la dejan al VAR y que se resuelva entre más de cuatro personas. Peor aún, normas de sentido común ahora se aplican poco y mal. En el partido del pasado 3 de diciembre un árbitro torpe modificó de manera importante el partido entre Manchester City y Tottenham al tomar una decisión que antes del VAR habría sido casi inmediata.

El reglamento se encargó de hacer cada vez mas complicado lo que antes era bastante sencillo y funcionaba. Antes mano intencional en el área era penalti. Ahora se habla de situaciones tan rocambolescas como que hay penal si el jugador toca el balón con la mano o el brazo cuando “ha agrandado su cuerpo de forma no natural”. Con esa frase todo es posible. No he logrado entender que quiere decir “agrandar el cuerpo de forma no natural” nuestros sabiondos comentaristas hacen análisis milimétricos y definen que es natural o no natural para mi cualquier movimiento del brazo es natural y no veo como diablos se agranda el cuerpo en un segundo. Lo absurdo de la norma y el VAR hacen que los árbitros eviten las decisiones instantáneas y acudan a la dichosa pantalla a hablar con otros cuatro genios que cada uno interpretará a su real saber y entender si el jugador agrandó su cuerpo.

Tengo la sensación de que el VAR hizo mucho mas cómodos a los árbitros Para qué correr tanto, para qué saberse a la perfección las reglas si en cualquier momento puedo pedir ayuda al VAR y a sus técnicos para tomar una decisión que antes la debía tomar en décimas de segundo. Igual ocurre con los jueces de línea; qué importa si me equivoco si el VAR mediante líneas aparentemente perfectas me dirá si hubo o no fuera de juego.