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lunes, 18 de diciembre de 2023

Es un hecho que para FIFA Sudamérica es un lugar que solo sirve para recoger 10 votos y que sus dirigentes hagan viajes exóticos. En los reglamentos y en general las políticas de esta entidad Conmebol, los torneos y sus equipos son mirados despectivamente, sin ir más lejos para el rimbombástico y seguramente mediocre mundial del 2030 habrá 3 partidos inaugurales en tres países diferentes de Conmebol de un total de 103 partidos solo para darles contentillo, pues la idea era hacer el mundial en el río de la plata.

Desde el punto de vista jurídico la situación es similar, en los reglamentos, se implementan medidas sin siquiera pensar en Sudamérica y lo peor los países sudamericanos hacen lo que les da la gana al respecto sin que FIFA diga o haga algo. Nos miran como salvajes, incumplidores y hacen poco por entender lo que por estos lados ocurre.

Todas aquellas manifestaciones que a los europeos les parecen exclusivas de Sudamérica, dignas de salvajes y a las que prefieren no mirar empiezan a ocurrir en el continente UEFA.

La civilizada Europa empieza a sudamericanizarse y por lo que veo, las decisiones son tanto o más torpes que las que se toman en el continente Conmebol. No voy a hablar de las apuestas, allá nos ganan por goleada; hay grandes mafias que se aprovechan de retrasos en las transmisiones deportivas y de cualquier otra falla o característica inexplorada para ganar cantidades enormes de dinero haciendo trampa.

En Grecia, Turquía y Francia empiezan a ocurrir situaciones que no son tan exóticas por estos lados.

El pasado partido de champions league entre Sevilla y Lens que se jugó en territorio francés tuvo una novedad interesante. El ministro de interior francés prohibió la entrada de espectadores sevillanos al partido, pues tienen un buen historial de violencia con ocasión de los partidos que su equipo juega. Como en Argentina, la solución más sencilla y torpe es simplemente prohibir la entrada de hinchas visitantes, las autoridades se rinden a los violentos en detrimento de aquellas personas que quieren ver a su equipo.

Más drásticos son los griegos que resolvieron jugar a puerta cerrada dos meses de sus campeonatos a causa de la violencia que está invadiendo el fútbol. Dijo una autoridad de ese país: "Los atletas, los aficionados y los ciudadanos no pagarán el comportamiento asesino de organizaciones criminales y la triste tolerancia de una mínima minoría de aficionados fanáticos". Me parece que la realidad es la contraria, los aficionados son los principales afectados por esta medida absurda. No les bastó la pandemia, ahora por inoperatividad del estado cierran los estadios.

Finalmente en Turquía el presidente de un club de primera división no tuvo mejor idea que “atender” a trompadas a un árbitro, pues a su equipo le empataron en el último minuto de descuento. Pararon todas las competiciones. ¡genios!

Todo lo anterior y cosas peores han ocurrido del lado de acá del Atlántico, algunas se han solucionado de manera adecuada, otras no tanto, pero no son nuevas, barras bravas, violencia permanente en las tribunas y fuera de los estadios, dirigentes atrabiliarios y malos árbitros. La miopía de FIFA es evidente, no todo el fútbol se juega en estadios como Old Traffor, no todos los hinchas son los del Ajax y no todos los dirigentes son Florentino. De haber intentado solucionar los problemas de acá, seguramente los que estoy comentando habrían tenido un tratamiento más adecuado.

Ojalá algún día miren desde Zurich hacia acá.