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miércoles, 19 de febrero de 2020

Se tiene la percepción de que el sector bancario tiene una estructura rígida y poco dinámica. Esta afirmación era cierta hasta hace poco con la llegada de la tercera revolución industrial, que trajo las tecnologías de las comunicaciones basadas en internet, lo que permitió nuevos hábitos de consumo y el desarrollo de una innovación tecnológica en el sector bancario.

Esta innovación tecnológica denominada fintech es un término que se explica fácilmente: servicios financieros innovadores que se proveen a través de la tecnología. No obstante, su sencillez también conlleva algunas complejidades en su desarrollo e implementación, que implica una disrupción en la forma en cómo el sector bancario presta tradicionalmente sus servicios y ofrece sus productos.

La industria fintech viene desarrollándose desde hace varios años. Según Zalan y Toufaily (The Promise of Fintech in Emerging Markets: Not as Disruptive, 2017) esta industria se encuentra en su tercera generación en la cual nuevas startups y compañías de tecnología han comenzado a ofrecer productos y servicios financieros directamente al público en general.

Llama la atención la manera cómo los servicios de la industria fintech se ofrecen, nacen nuevos servicios amigables con el consumidor y se dan bajos costos operacionales que se trasladan a los consumidores finales. Adicionalmente, con la industria fintech es claro que la educación financiera ha ganado un papel fundamental que tal vez la banca tradicional ha descuidado.

Hay tres aspectos disruptores de la industria fintech identificados según Peter Gomber, Robert J. Kauffman, Chris Parker, y Bruce W. Weber (On the Fintech Revolution: Interpreting the forces of innovation, disruption and transformation of financial services, 2018), como son (i) la digitalización de los productos y servicios bancarios, los cuales serán ofrecidos exclusivamente a través de plataformas tecnológicas; (ii) el blockchain, criptomonedas e inteligencia artificial; y (iii) la inteligencia del consumidor y los procesos de gestión, recopilación y análisis de datos de los clientes.

La digitalización de los productos y servicios bancarios es una característica que trae la innovación de esta industria, lo que brinda transparencia, seguridad y confianza a las transacciones que se realizan. Esta característica también beneficia el índice de inclusión financiera, considerando que en Colombia todavía existe un bajo nivel de profundización financiera y un acceso limitado a la financiación por parte de la población.

De otro lado, el blockchain es uno de los conceptos más disruptivos de la industria fintech. Según varios estudios, el blockchain aumenta la eficiencia de la compensación, la liquidación de operaciones y la verificación confiable de información encriptada, lo que hace que la industria fintech sea indispensable para llevar la industria bancaria a las nuevas tecnologías.

Finalmente, la inteligencia del consumidor es el aspecto que mayor cambio generaría en la capacidad de los consumidores de adquirir productos y servicios ya que el análisis de los datos de los consumidores haría más eficiente la experiencia de los consumidores frente a los servicios y productos financieros, así como la toma de decisiones respecto de consumo.
El alcance de las fintech podría llegar a ser tan amplio como que se desarrollen nuevos ecosistemas financieros que conlleven a una transformación global de los mercados.