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viernes, 20 de diciembre de 2019

Durante el año, pero especialmente a medida que se acerca diciembre, empiezan a llegar a los correos electrónicos de los abogados, no sé si a todos, pero sí a los de muchos colegas conocidos, cantidades de mensajes de distintas empresas que publican revistas y otorgan condecoraciones. Esos mensajes dicen algo como: queremos informarle que usted ha sido reconocido como el abogado colombiano líder del año en derecho aeronáutico (o en arbitraje, en derecho ambiental, corporativo, minero, o en cualquier otra rama del derecho).

Uno no sabe quién le hizo ese reconocimiento, si es que alguien se lo hizo, ni a quién le preguntaron antes de enviarle el mensaje, pero es posible que sea el resultado de una búsqueda en internet.

En algunos casos se comunica la invitación a la condecoración, la cual, dice el mensaje, se llevará a cabo en algún elegante sitio de eventos, casi siempre en Inglaterra. Obviamente la invitación no la paga el que invita. Si uno en su vanidad, acepta, viene el calvario, pues el remitente inicia el proceso para dar una estocada que será letal para el bolsillo.

Es para nosotros motivo de orgullo y estamos muy complacidos con su decisión, informa la revista NN. Vamos a publicar un resumen de su inigualable hoja de vida. ¿La quiere de una página? Entonces debe pagar la cantidad de XX libras esterlinas (£) aunque también se puede pagar en dólares americanos. Si es de media página, la suma se reduce a la mitad. ¿Quiere que su foto aparezca en la biografía? Vale XX adicional. Pero además puede recibir un trofeo en cristal, o una placa en letras doradas, que luce perfecto en la sala donde sus clientes lo esperan o en su misma oficina. Claro, no es poco lo que vale el ya para ese momento anhelado trofeo.

Usted, continúa el remitente, también tendrá derecho a recibir un logo de ganador personalizado, ideal para firmar sus correos electrónicos y ponerlo en la página web, y un certificado de que usted es ganador. Todo muy halagador, y muy costoso. Adicionalmente, le entregamos un ejemplar de la revista y usted debe comprar 10 para repartirlos entre sus colegas.

Si uno dice que no quiere la biografía con foto, o el trofeo, o el logo, sobreviene una ráfaga de llamadas telefónicas del premiador que primero hace preguntas muy lisonjeras tratando de recargar el ego del receptor. ¿Cuál ha sido el secreto de su éxito? ¿Cómo ha logrado llegar tan lejos hasta ser un verdadero triunfador? Su hoja de vida es portentosa, llena de éxitos ¿Cuál ha sido su mayor desafío? Y finaliza, con todo lo que usted me ha contado no puede ser posible que se niegue a que su biografía vaya sin foto, que no reciba el trofeo, etc…

He visitado distintas firmas de abogados en las que se ven muchos de estos premios y placas, y naturalmente, de varios años consecutivos incluyendo el inmediatamente anterior. Lo de los años es importante, pues no puede exhibirse un galardón por ejemplo de 2014, y luego no tener el de los años siguientes, en tanto que podría interpretarse como que se fue el mejor hasta 2014, y luego se dejó de ser. Se amarran los receptores de los premios.

Creo que esos abogados saben que los otros colegas sabemos de qué manera se obtienen dichas distinciones. Tal vez las exhiben porque piensan que los clientes desconocen el precio que se ha pagado por ellas, y se sienten tranquilos de que los asesore el “mejor” en la rama del derecho que corresponda. Podría ser también que los colombianos no hemos podido dejar de ser lo que siempre hemos sido: esnobistas.