El impacto de la IA en la elaboración y revisión de contratos

¿Puede la inteligencia artificial realmente competir con un abogado experimentado en una tarea tan fundamental como la redacción y revisión de contratos? La respuesta corta es sí, y los datos lo prueban. Un reciente estudio ha puesto cifras a lo que muchos intuíamos: la IA no solo ha llegado para quedarse, sino que en muchas áreas ya está tomando la delantera. Pero la verdadera revolución no está en una competencia de "hombre vs. IA". Está en entender cómo orquestar esta nueva realidad para generar un valor sin precedentes.

En un estudio pionero titulado, Benchmarking Humans & AI in Contract Drafting, se hallaron resultados que deberían hacer reflexionar a cualquier abogado sobre su uso de tecnología. Según la investigación, mientras que los abogados “humanos” produjeron borradores de contrato fiables en un 56.7% de las ocasiones, varias herramientas de IA superaron esa marca. El sistema con mejor desempeño, Gemini 2.5 Pro, alcanzó una tasa de fiabilidad del 73.3%. Esto significa que las tareas rutinarias, esos primeros borradores de Acuerdos de Confidencialidad (NDA) o Contratos Marco de Servicios (MSA), pueden generarse no solo en segundos, sino con un nivel de consistencia y fiabilidad que supera al promedio humano. La promesa de "hacer más con menos" empieza a materializarse.

Lo más sorprendente del estudio no fue la velocidad, sino la inteligencia. En escenarios de alto riesgo, las herramientas de IA especializadas identificaron y advirtieron sobre cláusulas problemáticas (como una cláusula penal potencialmente inaplicable bajo la ley de Nueva York) que los abogados humanos pasaron por alto por completo. Esto rompe el viejo paradigma de que la IA es solo una herramienta de automatización "tonta". Estamos viendo los primeros indicios de un verdadero aumento del juicio legal.

El mismo estudio que coronó a la IA en fiabilidad también demostró que los humanos somos superiores en tareas que requieren juicio comercial, interpretación de la intención del cliente y manejo de contextos complejos. La IA puede redactar una cláusula del 10% sin equivocarse, pero un abogado sabe cuándo esa cláusula del 10% es una concesión innecesaria que perjudica el negocio. La ventaja competitiva no la tendrán quienes posean la IA más avanzada, sino los equipos que aprendan a dirigir esta nueva orquesta. La pregunta para todo líder hoy no es si adoptará la IA, sino cómo la va a orquestar para crear un valor real, medible y sostenible para el negocio.