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martes, 26 de mayo de 2015

Por supuesto, ellos más que nadie entienden lo que están haciendo, solo que no tienen ninguna otra opción. La mayoría de expertos en renta fija en el mundo están siendo arrinconados a hacer una sola cosa, comprar sin importar la rentabilidad. Las compras masivas de bonos por parte de los principales bancos centrales del mundo, junto al colapso en materias primas y el bajo crecimiento mundial, han hecho que pase lo que pase, los bonos no se desvaloricen permanentemente.

Sin embargo, la irracionalidad financiera tiene sus límites. Pese a todo este “bullying” financiero, los mercados en su inmensa sabiduría han logrado restablecer el clásico equilibrio entre retorno y riesgo. Si ustedes bancos centrales no dejan que el activo se desvalorice, al menos si se va a volver más riesgoso. Es así como desde 2013 los mercados de renta fija han comenzado a mostrar comportamientos incomprensibles desde cualquier punto de vista estadístico.

Primero vino la crisis de 2013. El anuncio de fin de liquidez en Estados Unidos hizo que en Colombia por un par de meses los portafolios de pensiones de perfil conservador rentaran por debajo de los de mayor riesgo, esto solo estaba comenzando. En octubre de 2014, los tesoros americanos de 10 años, la inversión más segura y estable del mundo, se valorizó 40 puntos básicos en un solo día. Esto fue un suceso que solo debía pasar 1 vez cada 3.000 millones de años (el homo sapiens lleva 100.000 en la tierra). Acto seguido en abril de este año, los bunds alemanes de 10 años perdieron 70 puntos básicos en solo dos semanas. Para quienes invirtieron al 0% justo antes de esta catástrofe, le va a tomar cerca de 25 años de retornos solo para recuperar su inversión (BOFA calcula 25 años).

La moraleja es sencilla. Como dice David Rosenberg de Gluskin Sheff, “las entidades compran bonos porque tienen que hacerlo, ustedes no, los bonos no son atractivos, no los compren”. O al menos entiendan que las referencias de largo plazo a estas tasas comienzan a exhibir comportamientos riesgo/retorno más agresivos incluso que los de la renta variable. Lo que nos lleva al papel de la deuda emergente y los bonos colombianos en esta encrucijada.

Uno de los aspectos más interesantes de este arrinconamiento financiero. Es que a medida en que el crecimiento baja y las materias primas caen, se argumenta que hay que seguir prestándole a países emergentes a las mismas tasas. Sin embargo, ¿no se supone que la capacidad de pago de países como Colombia depende de que esas variables mejoren?

Por ahora una señal de preocupación se daría si comienzan a vender bonos de más alto rendimiento, conocidos como bonos basura. Al respecto, el nuevo rey de la renta fija Jeffrey Gundlach el fundador de Doubleline Capital, advierte que todo lo que sabemos de los mercados de bonos de alto rendimiento está mal (tal y como lo que creíamos saber del resto del mercado de renta fija). Esto es un punto a tener en cuenta viniendo de alguien que piensa que la FED no subirá tasas este año, pero que igual no le interesa dejarse intimidar.