Un actor ha aparecido de manera disruptiva en el escenario de la inteligencia artificial: DeepSeek, una startup china que ha sacudido el mercado con su modelo de lenguaje de código abierto, DeepSeek-R1.
Según su página oficial, se trata de un modelo de IA diseñado para sobresalir en matemáticas, codificación y razonamiento natural, que ha ganado una popularidad vertiginosa.
A diferencia de otros sistemas cerrados, en los que el funcionamiento interno y los datos integrados en el código fuente permanecen bajo el exclusivo control de sus desarrolladores, DeepSeek-R1 ofrece acceso abierto a su código, lo que permite a cualquier persona examinar, modificar y adaptar su arquitectura.
Fundada en 2023 por Liang Wenfeng, DeepSeek ha superado en descargas a ChatGPT en mercados estratégicos como EE. UU. Según CPI, el precio de esta plataforma es de 20 a 40 veces más bajo que Chat GPT.
Sin embargo, su rápido crecimiento ha suscitado serias inquietudes por parte de autoridades internacionales sobre eventuales vulnerabilidades en la gestión de datos, preocupaciones similares a las que despertó TikTok, cuya empresa matriz, ByteDance, fue presionada en EE. UU. para vender la plataforma debido al riesgo que ella representaba ara la seguridad nacional.
Pero las preocupaciones respecto de Deep Seek van más allá y abarcan la posibilidad de que esa plataforma pueda distorsionar la información, manipular datos y crear narrativas sesgadas que alteren la percepción global de los acontecimientos.
Según El País DeepSeek aplica mecanismos de censura en temas políticamente sensibles para el gobierno chino, por cuanto filtra consultas sobre asuntos como la masacre de la plaza de Tiananmén en 1989 o la disputa Taiwán, isla cuyo estatus es reclamado por China.
Por consiguiente, existe un riesgo significativo de que DeepSeek genere propaganda y narrativas sesgadas sobre temas de relevancia global.
En respuesta a estas inquietudes, algunos países han tomado medidas regulatorias.
Así, en Estados Unidos, se presentó el proyecto de ley No DeepSeek en Dispositivos Gubernamentales, que busca prohibir su uso en las unidades federales por temor a que el Gobierno Chino pueda utilizar la aplicación para vigilar las actividades y comunicaciones oficiales o para difundir desinformación.
De otra parte, Corea del Sur, Italia y Australia, han prohibido o limitado el uso de DeepSeek en instituciones gubernamentales y sectores estratégicos debido a preocupaciones sobre seguridad y distorsión de la información.
Estas reacciones reflejan una creciente desconfianza internacional hacia las aplicaciones de IA desarrolladas en China y su impacto en la información pública.
En consecuencia, los usuarios de DeepSeek tienen motivos para preocuparse por la capacidad de la IA de generar desinformación y proporcionar respuestas estructuradas que puedan reforzar narrativas incorrectas.
Lo anterior ha llevado a cuestionar la imparcialidad y potencial uso, de esa aplicación, en la difusión de información manipulada.
Las preocupaciones que generó TikTok son mínimas comparadas con las que se esperan, de esta nueva plataforma, cuyos riesgos parecen superar ampliamente sus beneficios
La aparición de DeepSeek plantea la necesidad inaplazable de lograr el equilibrio entre el avance tecnológico y la protección de la verdad. La utilidad de la inteligencia artificial debe buscarse no tanto en su capacidad de procesar datos, sino en su potencial para promover una comprensión más justa y equitativa del mundo que compartimos.
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