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martes, 1 de marzo de 2022

Me anticipo y confirmo que este artículo no es un extracto de ninguna propuesta presidencial, pues son varias las presentadas por nuestros candidatos, pero ninguna ha hecho siquiera referencia a las tecnologías satelitales y su contribución al desarrollo económico y social que tanto necesita Colombia.

Las cifras lo dicen todo; para el mes de enero de 2021, en el mundo existían 6.542 satélites, de los cuales 3.372 están activos y 3.170 inactivos (basura espacial). Países como Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido, Japón, India, Canadá, Alemania y Luxemburgo son los que dominan esta industria. En la actualidad 51 de los 6.542 satélites son de propiedad de países latinoamericanos, desarrollando actividades de comunicación y observación de la tierra.

En 2007 Colombia realizó el primer lanzamiento de un satélite con un bajo presupuesto (cubesat, satélite de forma cúbica y de pequeñas proporciones, 10 cm por cada lado y un 1 kg de peso) - Libertad 1, proyecto que desde la academia generó un gran impacto a nivel Estado y empresa privada. Posterior a esto, en 2018 el sector defensa lanzó en satélite de observación Facsat 1.

En cuanto a las capacidades satelitales, las mismas son innumerables y van desde salud (telemedicina), agricultura, educación y conectividad para las escuelas, seguridad alimentaria, cambio climático, gestión de catástrofes, desarrollo rural, medio ambiente, solo por nombrar algunas. Causalidad o no, son las mismas necesidades de nuestro país.

Capacidades como la teledetección pueden salvar vidas, mediante la prevención, reducción de riesgos y atención de desastres; un ejemplo es la tragedia de Dosquebradas, Risaralda ¿desastre natural? o más bien ¿omisión? Pues esto ya se había advertido.

Desde este espacio invito a los candidatos a encarar esta industria, pues ahí están también las soluciones a mediano o largo plazo de muchas de las dificultades que enfrenta Colombia a diario. Claro, todo dependerá de la voluntad política, pasar del discurso a la implementación.

Si las capacidades son innumerables, también lo son sus usuarios, en sectores como el agrícola, del que tanto se habla hay que incentivar, análisis de los suelos, de vegetación (previsiones agrícolas), sector salud, sector científico, empresas privadas e instituciones del Estado (seguridad nacional).

La información proveniente de esta tecnología (datos) y su posterior procesamiento convertirán a Colombia en un país más competitivo. Hoy que todos los candidatos hablan del gran problema de deforestación como fenómeno que hay que combatir, serán los satélites los que, mediante investigaciones oportunas y confiables, atacarán de fondo el mismo. No es con discursos, es con hechos, pues se necesitan acciones de reforestación de inmediato, la ciencia es exacta y la misma no da cabida a las alocuciones políticas.

Es el momento del cambio. En la actualidad Colombia cuenta con el Conpes 3983: “Política de Desarrollo Espacial: Condiciones habilitantes para el impulso de la competitividad nacional”, actores como las entidades de publicas (Comisión Colombiana del Espacio) y entidades privadas como la National Space Society con su capítulo Colombia (próximo a inaugurarse), además del recurso humano en áreas técnicas y sociales (aeronáutica, mecatrónica, física, astrofísica, sistemas y telecomunicaciones, derecho etc.)
Los anteriores actores propiciaran discusiones y soluciones, y claro, también el llamado camino a seguir que se deberá traducir en una política espacial.