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jueves, 21 de abril de 2022

En las economías abiertas, es importante la inversión extranjera directa como motor de innovación y conocimiento, siendo este aspecto clave para poder crear lazos entre distintos países, intercambiando tecnología, además de promover el comercio internacional. La inversión extranjera directa es común en los bloques comerciales actuales, mismos que fueron formados a través de tratados comerciales, en los cuales países con avanzada tecnología y conocimiento se asocian con países con mano de obra cualificada y de menor costo, con la finalidad de ser más competitivos en la economía global.

La esencia de la inversión extranjera directa es el control efectivo o la influencia por parte de la empresa matriz, respecto de las decisiones de una empresa en territorio extranjero. Siendo un importante canal para las empresas que tienen activos intangibles importantes, abriendo la posibilidad de comercializarla en diversos países al de origen.

Por lo anterior, existen varias formas de inversión extranjera directa en la que se comercializa la propiedad intelectual, con relación a una empresa matriz, misma que puede aperturar empresas filiales, o a través de asociación, o compra de una participación, o la fusión o creación de una joint venture, para evitar fuertes inversiones de expansión y crecer de manera más rápida. Asimismo contar con el know how que puedan aportar las empresas nacionales de cada país en el que se piensa expandir comercialmente.

Hay empresas que su principal activo, es el valor de sus marcas y tecnología, teniendo un valor tangible inmediato mediante licencias o cesiones, debiendo proteger de manera contractual ya sea con convenios que prohíban la divulgación; así como cláusulas de confidencialidad en los contratos laborales del personal. Una empresa filial será controlada por la empresa matriz, ya sea comprada o creada incluso por medio de inversión extranjera directa, para obtener beneficios por sinergias, motivos fiscales, y por sistemas de producción en conjunto y una diversificación de riesgo.

Las filiales son empresas jurídicamente independientes, aspecto que se refleja en sus pasivos, activos y forma de gobierno corporativo, además de la obligación de cumplir con la normativa nacional en la que tenga su sede. Ahora bien, las licencias más comunes a negociar antes de iniciar actividades en el extranjero, son las que establecen la producción y distribución fuera del territorio de la empresa matriz, trazado en una estrategia comercial para evitar los costes de exportación, aprovechando los bajos costes que ofrece el territorio en el que se encuentra la empresa filial.
En las economías abiertas, es importante la inversión extranjera directa como motor de innovación y conocimiento, siendo este aspecto clave para poder crear lazos entre distintos países, intercambiando tecnología, además de promover el comercio internacional. La inversión extranjera directa es común en los bloques comerciales actuales, mismos que fueron formados a través de tratados comerciales, en los cuales países con avanzada tecnología y conocimiento se asocian con países con mano de obra cualificada y de menor costo, con la finalidad de ser más competitivos en la economía global.

La esencia de la inversión extranjera directa es el control efectivo o la influencia por parte de la empresa matriz, respecto de las decisiones de una empresa en territorio extranjero. Siendo un importante canal para las empresas que tienen activos intangibles importantes, abriendo la posibilidad de comercializarla en diversos países al de origen.

Por lo anterior, existen varias formas de inversión extranjera directa en la que se comercializa la propiedad intelectual, con relación a una empresa matriz, misma que puede aperturar empresas filiales, o a través de asociación, o compra de una participación, o la fusión o creación de una joint venture, para evitar fuertes inversiones de expansión y crecer de manera más rápida. Asimismo contar con el know how que puedan aportar las empresas nacionales de cada país en el que se piensa expandir comercialmente.

Hay empresas que su principal activo, es el valor de sus marcas y tecnología, teniendo un valor tangible inmediato mediante licencias o cesiones, debiendo proteger de manera contractual ya sea con convenios que prohíban la divulgación; así como cláusulas de confidencialidad en los contratos laborales del personal. Una empresa filial será controlada por la empresa matriz, ya sea comprada o creada incluso por medio de inversión extranjera directa, para obtener beneficios por sinergías, motivos fiscales, y por sistemas de producción en conjunto y una diversificación de riesgo.

Las filiales son empresas jurídicamente independientes, aspecto que se refleja en sus pasivos, activos y forma de gobierno corporativo, además de la obligación de cumplir con la normativa nacional en la que tenga su sede. Ahora bien, las licencias más comunes a negociar antes de iniciar actividades en el extranjero, son las que establecen la producción y distribución fuera del territorio de la empresa matriz, trazado en una estrategia comercial para evitar los costes de exportación, aprovechando los bajos costes que ofrece el territorio en el que se encuentra la empresa filial.

Por lo que la empresa matriz se convierte en la empresa licenciante concediendo licencias a la filial sobre los derechos de propiedad intelectual del primero, los cuales deben estar debidamente protegidos y valuados; para tener pleno conocimiento de la inversión y los dividendos a los cuales se puede acceder a través de esta modalidad de comercio, y así poder exigir el pago de regalías calculadas en una base acordada, conforme a las unidades de producción el porcentaje de los beneficios obtenidos respecto de las ventas y frecuencia del pago.