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martes, 10 de octubre de 2017

Es difícil comenzar a plantear la necesidad de nuevas normas tributarias cuando por tanto tiempo se habló y discutió la supuesta “reforma estructural” que daría estabilidad al sistema tributario colombiano. Lo cierto es que no se han logrado muchos objetivos, tampoco se ha controlado el déficit fiscal y estamos en un momento difícil para la economía, lo que requiere fórmulas tributarias innovadoras que busquen incentivar el emprendimiento, la inversión y el desarrollo económico. Todo el país está esperando y pidiendo que la reforma tributaria del nuevo Gobierno en el año 2018 se enfoque en la reducción de las cargas fiscales y en la creación de incentivos dirigidos a reactivar los sectores más importantes de la economía.

¿Es viable la reducción de tarifas impositivas?
El origen del déficit fiscal del país tienen muchas causas en las que se debe trabajar para hacer viable una reforma tributaria que incentive el desarrollo económico. Se pueden lograr ahorros importantes con acciones decididas para combatir la corrupción y la evasión tributaria, para simplificar la forma de liquidar los impuestos y para ampliar las bases gravables eliminando exenciones y beneficios fiscales sin impacto. Reducir impuestos no sólo es viable sino necesario en momentos de recesión económica, el mayor desarrollo y crecimiento debería generar mayores rentas, transacciones y, consecuentemente, mayor recaudo de impuestos.

¿Cuáles serían esas medidas tributarias?
Por ejemplo, la reducción de la tarifa de impuesto sobre la renta del 40% al 25% y el establecimiento de incentivos dirigidos a la reconversión industrial, la generación de empleo y el desarrollo de sectores “clave” como el campo, el turismo y la infraestructura. También es conveniente reactivar el consumo mediante una reducción de la tarifa de IVA del 19% al 15%, que se compensaría con una eliminación de bienes excluidos y tarifas diferenciales, creando un mecanismo de devolución del IVA para los más pobres.

Adicionalmente, el IVA pagado en la importación activos fijos debe ser descontable y recuperable, pues nuestra economía no puede ser competitiva con un sobrecosto del 19% en la maquinaria industrial. Obviamente, podrían existir variaciones a estas propuestas, pero es fundamental que las medidas tributarias ayuden a recobrar la confianza del emprendimiento y la inversión, necesaria para la reactivación económica.

¿Existen países con experiencias exitosas?
Estas medidas de reducción de impuestos para reactivar la economía en un momento histórico, se han implementado por varios países, como por ejemplo: (i) En Estados Unidos el presidente Reagan (1986) redujo el impuesto de sociedades del 40% al 25% y actualmente el presidente Trump está en proceso de reducir el impuesto del 35% al 15%, (ii) Irlanda ha logrado un crecimiento económico extraordinario en las últimas décadas gracias a la reducción de la tarifa del impuesto corporativo del 40% al 20% en el 2001, al 12,5% en el 2003 y, para algunas industrias, al 6,25% en el 2016. Suecia además de reducir su tasa de impuesto sobre sociedades del 40% al 22% (proceso que inicia en 1991), es ejemplo de incentivos tributarios a los nuevos emprendimientos. Será este el momento para que Colombia siga el ejemplo? No hay que dudarlo.