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viernes, 7 de mayo de 2021

A mediados de marzo del 2020 el panorama económico en Colombia era de gran incertidumbre debido a la pandemia del covid-19. Durante los primeros meses, muchos sectores sufrieron una debacle como consecuencia del confinamiento decretado por el Gobierno Nacional, entre ellos, el sector de la construcción.

Este sector sufrió un cierre durante un mes aproximadamente, lo que ocasionó una paralización de la industria de la construcción, el retraso en las entregas de viviendas y obras públicas, la disminución en los ingresos de muchos colombianos, desempleo, etc.

Posteriormente, el Gobierno, mediante Decreto N°593 del 24 de abril del mismo año, decidió apostar por el sector de la construcción con el fin de impulsar la economía colombiana, permitiéndole una pronta reanudación a las obras y proyectos que se encontraban en construcción antes del confinamiento. Hasta hoy, la apuesta ha resultado beneficiosa para el país, permitiéndole al sector una creciente dinámica de oferta y demanda en materia de Vivienda de Interés Social (VIS) y NO VIS, además de un aumento en los insumos que hacen parte de la cadena de producción del sector de la construcción.

La VIS ha sido uno de los productos inmobiliarios más beneficiados del sector gracias a la pandemia y las adaptaciones que esto ha conllevado. Prueba de ello son las cifras de venta del primer trimestre de 2021 que arrojan un total de 37.004 VIS vendidas. Esto representa un crecimiento de 14% en comparación con las cifras del primer trimestre del año pasado 32.537.

Uno de los factores que promueve la demanda y oferta de la VIS es la promulgación de la Ley 2079 de 2021, mediante la cual el Gobierno Nacional reconoció la política pública de Hábitat y Vivienda como una política de Estado que tiene como principal objetivo disminuir el déficit habitacional cuantitativo y cualitativo en el país.

En materia de vivienda, la ley estableció y mejoró los instrumentos de fomento a través de subsidios, financiamiento en la demanda y promoción de la oferta. En concreto, la Ley de Vivienda y Hábitat dispuso: i) que los hogares beneficiarios del subsidio en modalidad de mejoramiento podrán acceder al subsidio en la modalidad de adquisición; ii) modificó el plazo máximo de financiamiento de créditos de vivienda individual estableciendo que no podrá ser inferior a 30 años; iii) disminución de 10 a 5 años en el plazo para transferir los inmuebles objetos de subsidios; e iv) incentivos para la compra de vivienda para docentes, mujeres víctimas de violencia familiar, jóvenes hasta 35 años de edad, entre otros.

Otro factor que ha influenciado durante años la adquisición de VIS son los subsidios. Con la expedición de la Ley 49 de 1990 fue creado el subsidio para viviendas y, posteriormente con la Ley 3ª de 1991 se creó el sistema de VIS, lo anterior, aunado al proceso legislativo y reglamentario del que ha hecho parte la VIS en Colombia.

Finalmente, es importante mencionar que la reforma tributaria, que hubiese podido impactar negativamente el sector de la construcción, fue retirada formalmente el pasado 5 de mayo. Lo anterior representa un alivio dado que en ella se eliminaban instrumentos tributarios y se generaba un aumento considerable en la cadena de producción de las VIS. En consecuencia, la VIS continúa en ascenso y sigue siendo la apuesta ganadora del sector de la construcción y de la economía colombiana durante la pandemia del covid-19.