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sábado, 20 de octubre de 2018

El gobierno corporativo está integrando por recomendaciones y principios que propenden por una mejor gobernabilidad en las organizaciones, facilitando el direccionamiento y control de la empresa a partir de una definición precisa de los derechos y obligaciones asignadas a los órganos de dirección y manejo.

La implementación adecuada de estos principios facilita la toma de decisiones dentro de la empresa, siendo su protección prioritaria para revestir de estabilidad el sistema económico del país. Cada empresa es un universo único, cuyas diferencias deben comprenderse y asimilarse, maleándose según las necesidades externas a las que se ve avocada, ante el incesante flujo de operaciones que supone su propia realidad.

En tal sentido, el gobierno corporativo se erige como bastión de las actuaciones desplegadas por la sociedad. El escenario corporativo debe ser reactivo a las fluctuaciones naturales de los mercados, siendo necesario que la sociedad esté regentada bajo preceptos de confianza, transparencia, información y otros aspectos que impriman estabilidad y seguridad en todos los procesos de la organización, de cara a sus accionistas, hacia terceros y hacia el mercado, procurando la eficiencia y el desarrollo económico y social de la región.

El gobierno corporativo está estructurado a partir de recomendaciones hacia los Estados, quiénes los adoptan según sus propias necesidades a través de normas nacionales, y hacia las empresas mismas, quienes tendrán la posibilidad de adecuarlas en atención a sus objetivos, finalidades, dimensión económica, penetración de mercado, entre otros aspectos.

Desde su aparición, durante la década de los 70, en los Estados Unidos de Norteamérica, el gobierno corporativo ha centrado sus esfuerzos en el fortalecimiento de mecanismos que coadyuven en la creación de valor a partir de una administración responsable de la corporaciones. Esta preocupación hacia la administración transparente, como mecanismo de salvaguardia ante los “problemas de agencia”, también se hicieron patente en el Report of the Committee on The Financial Aspects of Corporate Governance (1992), conocido como “Informe Cadbury”, en el que se adoptaba un “Code of Best Practice” al que debían adherirse las corporaciones que cotizaban en la bolsa de Londres.

Los seis principios que integran el gobierno corporativo han sido desglosados, anotaciones y comentarios, para facilitar su comprensión. Estos principios son: i) Consolidación de la base para un marco eficaz de gobierno corporativo; ii) Derechos y tratamiento equitativo de los accionistas y funciones de propiedad clave; iii) Inversores institucionales, mercados de valores y otros intermediarios; iv) El papel de los actores interesados en el ámbito del gobierno corporativo; v) Divulgación de información y transparencia; y vi) Las responsabilidades del Consejo de Administración (Ocde, 2016).

En suma, no es factible referirnos a un único modelo de gobierno corporativo, pues este será el resultado de la adaptación de los conceptos generales a las necesidades propias del entorno corporativo, debiendo atender las exigencias normativas del país. Es necesario escuchar las necesidades empresariales, lo que solo se logra mediante la realización de procesos de due diligence. Este será el punto de partida para desplegar los postulados del gobierno corporativo, como modelo de distribución de responsabilidades, a través del diseño de estructuras de administración responsable.