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sábado, 13 de abril de 2024

Si pudiera darle 7 consejos a una familia para gestionar exitosamente su patrimonio, le daría los siguientes (no necesariamente en orden de importancia):

  1. Organizar (y reorganizar/actualizar permanentemente) el patrimonio familiar. Esto incluye hacer un análisis estricto de la estructura existente (tanto en Colombia como en el exterior), de los actos, acuerdos y contratos existentes (acuerdos de accionistas, protocolos de familia, testamentos, pólizas de seguro de vida, declaraciones de voluntad, directivas anticipadas o living trusts, etc.) y de la desmembración o no de ciertos activos familiares estratégicos, para garantizar que cumplan la ley, la alineación de los mismos con la estrategia familiar y se preserve su confidencialidad.
  2. Contribuir y devolver. La filantropía debe ser parte del ADN familiar. La estrategia filantrópica debe auditarse continuamente y debe quedar plasmada en los acuerdos familiares para que trascienda generaciones.
  3. Planear la transferencia patrimonial para futuras generaciones de forma fiscalmente eficiente. Las estructuras deben ir enfocadas a la transferencia multi-generacional del patrimonio de la manera más eficiente. Esto se logra, tanto en el entorno doméstico como en el internacional, con la transferencia efectiva de los recursos a un ente que tenga como finalidad el precautelarlos, conservarlos y acrecerlos a través del tiempo.
  4. Proteger el patrimonio de riesgos internos y externos. La vida es sinónimo de riesgo y estos no pueden evitarse, pero sí predecirse. Quizás los riesgos más peligrosos son los riesgos internos, es decir, las disputas y diferencias que pueden llevar a la fractura familiar. Esto puede mitigarse y manejarse con los protocolos de familia, los acuerdos de accionistas, los códigos de buen gobierno familiar y las cartas de deseos (ojalá escritas a mano y notarizadas, junto con su correspondiente texto digital). Todas estas herramientas deben estar dotadas de los mecanismos jurídicos para hacerlos exigibles.
  5. Diversificar (y lograr eficiencias fiscales en tal diversificación). La salud del patrimonio familiar depende de su diversificación. Esto implica que se posea en diferentes monedas (ojalá fuertes), en diferentes tipos de productos (financieros, inmobiliarios, alternativos, commodities, etc) y en diferentes jurisdicciones. La asignación de los activos (asset allocation) dependerá de la estrategia patrimonial familiar de largo plazo.
  6. Asegurar tu vida con o sin posibilidad de rescatar la prima pagada. Alguien inolvidable me dijo que, ante el dolor de la muerte de un ser querido, el mejor regalo para la familia era una indemnización por seguro de vida, pues esto garantizaba la solvencia y supervivencia de los miembros restantes sin tener que pasar por trámites testamentarios engorrosos, discusiones con la familia política y otras gestiones que resultan ser difíciles en un momento de duelo. Aparte de esto, las indemnizaciones por seguro de vida suelen tener tratamientos fiscales favorables en la mayoría de los países y son altamente confiables por mediar allí una entidad financiera.
  7. Consolidar y diferir. El patrimonio debe generar más patrimonio, y hacerlo de forma fiscalmente eficiente. El patrimonio no duerme y existen formas de hacerlo crecer permanentemente, difiriendo el momento en el cual deba pasarse a tributar sobre su retorno. Deben revisarse las estrategias de apalancamiento controlado para reinversión, los productos financieros que paguen retornos o cupones al vencimiento y los productos legalmente diseñados para diferir el momento en que el deba pagarse el impuesto.

*Juan Esteban Sanín Gómez, Socio de Mazars Colombia