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viernes, 28 de agosto de 2020

Fue un editorial de un periódico de circulación nacional el que me llenó la copa, no sólo como ciudadano de a “pie” sino como abogado. En dicho editorial se estableció que un sujeto procesado podía utilizar todos los medios legales a su alcance para defenderse, pero siempre “respetando las instituciones”.

No más! Nada más alejado de la realidad! Una cosa es que a los ciudadanos nos toque acatar las decisiones de las instituciones para mantener el contrato social vigente y que este país sea medianamente viable, otra muy diferente es que nos toque “respetar las instituciones” como muchos repiten. Las instituciones son las que se deben hacer respetar, entre otras cosas, porque las instituciones son las que están al servicio de la ciudadanía y no al revés. Acaso se les olvidó que éste es el diseño del Estado, según la Constitución?

Por ejemplo, seguramente se respetaría una Corte Suprema de Justicia que fuera imparcial y equilibrada, pero evidentemente existe la duda si en efecto lo es. Ha aplicado el principio de presunción de inocencia digamos, por decir lo menos, de manera generosa con personajes como Ivan Cepeda, Piedad Córdoba y alias Santrich. O acaso, porque creen que el señor Cepeda sale como un matón de barrio retando a Uribe a batirse en los tribunales? Evidentemente sabe que la tiene ganada. En este contexto, cómo se puede pedir que se “respeten las instituciones”?

Los ciudadanos respetaríamos las instituciones si tuviéramos una clase política sería, trabajando por el bien del país, sin pensar en la mermelada de cuando les toque el turno en el gobierno o recibiendo fajos de billetes en bolsas de forma subrepticia.

Los ciudadanos respetaríamos un cuarto poder periodístico equilibrado que construya país, no absolutamente arbitrario y tergiversador de la realidad y objetividad en no pocas ocasiones, y cuyo único objetivo sea ver en la cárcel a un expresidente. Acaso no existen otras noticias en Colombia que sean merecedoras de sus tan influenciadoras e importantes columnas de opinión?

Despertemos! Exijamos más bien lo contrario, que las instituciones respeten al ciudadano, la Constitución y al país. Exijamos que las instituciones sean serias y confiables. Exijamos que en vez de que nos toque, a las malas, “respetar las instituciones”, que sean las instituciones las que se hagan respetar y, de paso, que nos respeten como destinatarios de la Constitución. Que no nos crean tan pendejos!