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miércoles, 25 de julio de 2018

El pasado 18 de mayo de 2018 la Unidad de Proyección Normativa y Estudios de Regulación Financiera - URF- publicó un proyecto decreto que busca implementar los requerimientos de patrimonio adecuado adicional a los márgenes mínimos de solvencia, con el fin de dar cumplimiento a los lineamientos propuestos en Basilea III.

Este requerimiento de patrimonio adecuado adicional es denominado como colchón de capital, el cual implica tener un capital adicional a los márgenes mínimos de solvencia que ya prevé la normativa colombiana, pues constituye un instrumento complementario que busca el fortalecimiento financiero para la solidez de los establecimientos de crédito para así reducir la probabilidad y severidad de las crisis financieras, así como proteger los intereses de los depositantes o acreedores.

Este proyecto de decreto propone que exista una relación de solvencia básica adicional la cual consiste en la suma del patrimonio básico ordinario más el patrimonio básico adicional, dividido por los activos ponderados por nivel de riesgo crediticio y de mercado. Asimismo, establece que la relación de solvencia básica adicional mínima de los establecimientos de crédito será de 6% y caracteriza los requerimientos de los instrumentos que pertenezcan al patrimonio básico adicional. En otras palabras, implica para los establecimientos de crédito, aumentar su capital mediante la adición de los colchones de capital para efectos de mitigar una situación de crisis de la entidad en caso de que ocurra una crisis financiera global o local.

Ahora bien, es importante considerar cuáles pueden ser las implicaciones de exigir un mayor capital a los establecimientos de crédito y cómo esto puede impactar a los consumidores y usuarios de productos en el sector financiero en Colombia. Lo anterior, teniendo en cuenta que, si bien una adopción progresiva del marco de capital de Basilea III busca tener una correcta y eficiente gestión de riesgos en el sector financiero, se debe tener presente que una aplicación de políticas que se diseñan desde un marco global, sin atender las particularidades locales puede resultar en un costo para el consumidor financiero a la hora de acceder al crédito y a de incentivar la inclusión financiera. Lo anterior resulta relevante, teniendo en cuenta que hay precedentes y estudios donde el incremento de requerimientos de capital ha tenido como efecto una reducción del volumen de créditos y un impacto negativo en la inclusión financiera, que puede significar un resultado no muy alentador en la economía colombiana.

Por lo anterior, si bien para Colombia es importante adoptar los estándares internacionales y ser competitivos en el marco global del sistema financiero, se debe poner de presente el contexto en el cual se implementan estas políticas y se deben llevar a cabo de manera crítica para efectos de que la implementación y puesta en marcha de adecuaciones en el marco regulatorio beneficien las particularidades de la economía a un nivel local y global.