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viernes, 21 de mayo de 2021

La pandemia del covid-19 ha traído profundas transformaciones en el mundo y en el comercio internacional. Ha puesto a prueba las lejanas cadenas de valor, ha parado procesos productivos por falta de semiconductores, pero al mismo tiempo ha potencializado nuevos sectores como el del comercio electrónico transfronterizo, el nearshoring, y, sin lugar a dudas, ha demostrado la importancia de la agricultura, que alcanzó US$1.587 billones, cifra sin precedentes en la historia del comercio mundial, porque gústenos o no, todo ser humano requiere de alrededor de 1 kg de comida al día, si es hombre y 700 gramos si es mujer, y en las próximas dos décadas la población del mundo llegará a los 10.000 millones de personas.

Colombia tiene en la agricultura uno de los secretos mejores guardados para potencializar sus exportaciones. Varios países latinoamericanos superan los US$500 per cápita de exportaciones agrícolas, como es el caso de Uruguay con US$1.500, Costa Rica con US$950, Chile con US$911, Argentina con US$801, Paraguay con US$800 y Ecuador con US$670, frente a los US$154 por habitante que Colombia exporta en agroindustria.

Dos nuevos mecanismos de comercio exterior permitirán reposicionar el sector agroindustrial a nivel mundial, son ellos: las Zonas Francas 4.0 y el Plan Vallejo Express. De hecho, el único sector en que Colombia ha aumentado sus exportaciones en estos nueve años de TLC con los Estados Unidos, son los US$400 millones en agroindustria.

Zonas Francas Agroindustriales
El nuevo Decreto de Zonas Francas 4.0 (Decreto 278 del 15 de marzo de 2021), extendió a todas las actividades agroindustriales, el mecanismo de zona franca, antes reservado exclusiva y restrictivamente a cuatro sectores: carnes, leches, frutas y aceites.

Además, disminuyó los compromisos de inversión y empleo hasta en un 30% en zonas de menor desarrollo económico y permitió que los procesos agroindustriales se desarrollen tanto en Zonas Francas de Parque (Permanentes), de las cuales hay 40 en 20 departamentos de Colombia, como también en Zonas Francas Especiales (Uniempresariales) donde se privilegia el empleo sobre la inversión, las cuales podrán ser ubicadas cerca o en el epicentro de los cultivos que pretenden procesar.

Al disminuir las Zonas Francas la tarifa del impuesto sobre la renta de 32% a 20% y exonerar completamente de arancel e IVA a los equipos e insumos agroindustriales que se utilicen en la Zona Franca, Colombia queda con una propuesta de incentivos igual o mejor que la que tienen hoy Chile, Perú, Ecuador o México.

El Plan Vallejo Express aplicado a la Agroindustria
Otro mecanismo que también está recientemente “reencauchado” es el Plan Vallejo aplicado al sector agropecuario, debiéndose subrayar el hecho de que por normas de la Organización Mundial de Comercio para los equipos Plan Vallejo, además del IVA, también se puede exonerar el arancel para la agroindustria en proyectos que estén orientados por lo menos en un 50% a la exportación, o solamente el diferimiento del IVA para proyectos que comprometan a exportar 1,2 veces el valor de los equipos importados y en ambos casos sus materias primas y empaques vinculados a la exportación, libres de impuestos.

Combinación de ambos mecanismos
También está permitido que se puedan combinar, el Plan Vallejo aplicable a los cultivos con el mecanismo de Zona Franca (permanente o especial) para ser utilizados en los procesos de trasformación, empaque, refrigeración y logística de exportación, o venta en el mercado doméstico de los productos agroindustriales, según el caso.

Si Colombia le agregara US$500 por habitante a sus exportaciones agroindustriales, pasaría de exportar US$7.500 a exportar US$32.500 millones al año, con un importantísimo impacto en el empleo regional y en la generación de divisas.