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jueves, 30 de noviembre de 2017

Por aquellas paradojas de la vida, nuestros páramos y reservas naturales son albergue de recursos minerales. Pero, aunque nuestros páramos estén inundados de oro, está claro que no puede haber actividad minera sobre esas áreas. Y punto.

Digan lo que digan y hagan lo que hagan los detractores de la minería, esa restricción a la fecha, no ha sido desconocida por ninguna empresa minera seria. Eso sí, los mineros ilegales continúan (y continuarán) haciendo minería en páramos de la forma más contaminante posible y es esa actividad la que deberíamos atacar.

La restricción de realizar minería en los páramos no tiene discusión y está amparada en la ley. Aún si la Corte Constitucional hubiese dejado sin efectos la Resolución que delimitó el Páramo de Santurbán, la prohibición para realizar actividades extractivas en los páramos todavía se encuentra vigente. La Resolución con la delimitación del Páramo de Santurbán dejará de tener efectos en un año (no de forma inmediata), por lo que el Ministerio de Ambiente tendrá un año para proferir una nueva resolución delimitando el páramo, pero esta vez mediante un procedimiento en el que se haga partícipe la comunidad, en cumplimiento de lo ordenado por la Corte.

Ahora bien, aclaremos algo: la minería sobre páramos está prohibida pero la minería en las cercanías de los páramos y en zonas que no corresponden a ecosistemas de páramo, no están prohibidas. Así que la minería que quieren realizar empresas como Minesa en las cercanías de los páramos no es una actividad prohibida y Minesa tiene todo el derecho de pedir el licenciamiento ambiental para extraer el oro de sus títulos mineros.

De manera que por más controversial que sea el asunto y la decisión de la Corte, a la fecha nada ha cambiado. La minería sobre los páramos continúa estando prohibida; los mineros ilegales siguen aprovechándose de la situación; y las empresas mineras que quieran realizar actividades extractivas en sus vecindades, deberán obtener la respectiva licencia ambiental de las autoridades competentes. Así que antes de tomar una postura radical frente al tema, dejemos que las autoridades locales y nacionales hagan su trabajo. Son estas mismas autoridades las que definirán si puede o no haber minería en las cercanías de los páramos y bajo qué condiciones podría haberlas.

Es claro entonces que no es una decisión del pueblo. No es una decisión que se debe sujetar a consultas populares, ni a la decisión de los Concejos Municipales. Debemos confiar en que las autoridades ambientales van a hacer su trabajo de forma acuciosa propendiendo por salvaguardar los intereses de todos los involucrados, sopesando todas las alternativas y propendiendo por proteger el medio ambiente.

Debemos tener presente, en todo caso, los gigantescos beneficios que estos proyectos mineros podrían traer al país, aparte de quintuplicar los números de producción de oro del país. Esta minería de oro responsable y organizada, de empresas como Continental Gold, AngloGold Ashanti, Minesa y Eco Oro, es la que debemos promover.

Hagamos las paces con la minería y apoyemos la minería bien hecha. Las empresas mineras no serán las que acaben con el recurso hídrico de las regiones ni quienes contaminen los afluentes. Esta es una responsabilidad que se le debe achacar a la minería ilegal, que hoy en día no tiene restricciones ni control.