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viernes, 26 de mayo de 2023

En no pocas ocasiones, las reuniones del máximo órgano social se convierten en verdaderos campos de batalla. En un extremo, se ven a socios controlantes que cuentan con recursos que parecen ilimitados, acompañados de múltiples consultores y con los administradores de la compañía bajo su yugo. En otra orilla, se encuentran unos minoritarios reducidos, con un importante desgaste derivado de un derecho de inspección insatisfecho, desangrándose luego de años de verse privados de las utilidades de la compañía.

Estos eventos, en los que aparentemente se toman decisiones para la buena marcha de la compañía, se tornan rápidamente en escenarios mediante los cuales se materializan sofisticados métodos de expropiación: retenciones injustificadas de utilidades, levantamientos de conflictos de interés espurios y la aprobación de capitalización abusivas, por solo nombrar algunos.

Luego de desplegadas estas tácticas opresivas, como en cualquier conflicto bélico de estas características, los minoritarios quedan derrotados, sin recursos para buscar remedios judiciales que controviertan estas irregularidades, lo cual se multiplica en dificultad cuando se trata de asociados vencidos, financiera y moralmente.

No obstante, los minoritarios no tienen que luchar solos. En verdad, el denominado financiamiento de litigios serviría como un salvavidas crucial, proporcionando recursos para que estos asociados puedan enfrentarse a mayoritarios poderosos y hacer valer sus derechos.

Con esta herramienta, los minoritarios pueden recibir financiamiento para todas las etapas del litigio, pudiendo acudir a asesores especializados en conflicto societarios, así como a firmas expertas en la valoración de daños en el contexto de la empresa y otros peritos, habilitándose el pago de honorarios legales y otros costos que surjan en el curso del proceso.

El financiamiento de litigios no solo beneficia a los accionistas minoritarios, sino que también ofrece una interesante oportunidad de inversión a terceros para diversificar sus portafolios y reducir su exposición a fluctuaciones económicas. Al no verse un litigio influenciado por la volatilidad propia de los mercados de valores, éste se convierte en una oportunidad de inversión con retornos atractivos para el inversionista en momentos de incertidumbre como los que atravesamos.

Más allá de proporcionar recursos, el financiamiento de litigios nivela el campo de juego de minoritarios contra mayoritarios y promueve el acceso de los primeros a la administración de justicia para perseguir pretensiones realmente meritorias. En el estudio de cada caso se debe determinar la procedencia de reclamaciones fundamentadas, a efectos de que solamente aquellas con vocación de prosperar sean las que se promuevan, ayudando no solo a la causa en sí sino también a desincentivar las pretensiones frívolas, todo lo cual redunda en la descongestión de las cortes y en aumentar la calidad de la jurisprudencia societaria en los casos que se resuelvan.

Si bien puede haber registro de batallas en las cuales ejércitos superados en número hayan prevalecido (i.e. Termópilas, Tours), con mayor frecuencia la situación tiende a ser la opuesta, siendo el financiamiento de litigios la herramienta a través de la cual se pueden equilibrar las cargas en la resolución de controversias entre mayoritarios y minoritarios, beneficiando a inversionistas y al sistema de justicia societario.