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sábado, 5 de julio de 2014

Hasta 1945 encontramos los tradicionalistas donde el ahorro, el esfuerzo, el respeto a las instituciones, reconocimiento a los médicos, maestros, militares y policías era un rasgo claro e identificador. El consumo era austero los bienes clave eran el carro, los muebles y porque no la nevera. Las cosas eran para toda la vida, destacaban los buenos modales, el ahorro era un hábito. El retiro el momento de disfrutar.

 En 1945, llegaron los baby boomers, los hijos de la postguerra, con ellos llega la oposición a los valores tradicionales, los discursos y los actos enmarcados en la búsqueda de la paz, se traducen en el movimiento hippie.  La educación  es un medio para el progreso y se valora el aprendizaje. El trabajo es el eje de la vida, el éxito y el estatus se medían por los  ingresos materiales, el optimismo y la energía motores de la vida. La mujer se incorpora al mundo profesional y comparte su tiempo entre los hijos y la carrera. Mayor libertad e informalidad en las relaciones, la libertad sexual trajo el desarrollo de los anticonceptivos. Se desarrolla la televisión y las marcas empiezan a construirse. 

En 1966, la generación X, donde la incertidumbre laboral, económica y social son parte del diario vivir. El crecimiento del consumo de drogas es inevitable, aparece el SIDA y la destrucción del medio ambiente ocurre sin medida. Tienden a no compartir y a sentirse desilusionados de los valores de sus padres. Creen es si mismos y no en los demás. Se vive una cultura de la inmediatez y los proyectos a largo plazo no están en sus planes. Se declaran ciudadanos del mundo, nada garantiza el progreso, reivindican el balance entre la vida personal y el trabajo, aunque las mujeres postergan la maternidad y la cambian por el éxito profesional. Se destacan el desarrollo de los computadores, la televisión a color y los videos juegos.

En 1980, la generación Y, actualmente llamados también Millenials, nacen con la Globalización, la guerra del golfo, los atentados que paralizan al mundo. Cuestionan lo estático y lo de siempre, respetan la diversidad, la justicia, la solidaridad, la libertad intelectual, el mundo sin fronteras es parte su cotidianidad. Son retadores, desafiantes e irreverentes, individualistas, alegres, energéticos y realistas. Se desarrolla la cultura de la interconectividad. Logran su propósito a corto plazo y avanzan. Los símbolos de la innovación y el consumo los teléfonos celulares, los mensajes de texto, los  MP3, el ipod, los blogs, la tecnología portátil, la música electrónica, el  glamour. 

En 2014, un mundo lleno de diversidad, podríamos afirmar que nos enfrentamos a la generación de las generaciones, donde las tendencias como la estética, la gastronomía, la cultura verde,  la reconexión con el cuerpo, el deporte como estilo de vida, la meditación, la comodidad, los viajeros frecuentes, la búsqueda del equilibrio, el tradicionalismo, la libertad descontrolada encontramos rasgos de las generaciones que han caracterizado a los consumidores y vemos como lo vigente se traduce en grupos de consumidores que buscan diferenciarse a través de adoptar actitudes, comportamientos, productos y estilos de vida y vemos una sinergia de valores y comportamientos que en su momento caracterizaron alguna época.