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martes, 19 de diciembre de 2017

El debate sobre la necesidad de salvaguardar la igualdad de las mujeres y los hombres en nuestro país ha tomado cada vez más fuerza. Hoy, el diálogo de equidad de género es abierto, común y frecuente en diferentes escenarios y esferas de discusión.

El ámbito laboral no es ajeno a estos debates: el gobierno en su Plan Nacional de Desarrollo ha establecido unos objetivos claros en materia de protección de la mujer y en procura de la equidad de género. El Ministerio del Trabajo es el principal ente gubernamental encargado de ejecutar la agenda del gobierno desde la perspectiva del trabajo a través de la difusión y sensibilización de normas, campañas y medidas de protección en pro de la mujer.

Desde un punto de vista práctico, los empleadores deben empezar a cuestionarse ¿cuáles son los proyectos que al interior de nuestras compañías hemos implementado para avanzar hacia unas relaciones laborales con enfoque de género? ¿Cómo impactan estas políticas al negocio y la productividad del mismo? ¿Cuáles son las obligaciones que como empleadores debemos cumplir en materia de equidad de género?

Las brechas salariales, las dificultades de acceso a un empleo formal y la poca participación de las mujeres en cargos directivos o gerenciales en nuestro país son algunas de las principales problemáticas identificadas y respecto de las cuales, tanto el gobierno como diferentes entidades privadas han decidido empezar a trabajar para crear una agenda que permita cerrar las brechas y procurar por la equidad de género. Los principales focos en los que se centra la atención en este momento son tal vez: la participación de la mujer en el mercado laboral, salarios y beneficios extralegales, beneficios por maternidad y lactancia y trato equitativo y no discriminatorio en el mercado laboral.

Los empleadores son parte activa de la construcción del cambio y la eliminación de las brechas. A través de la revisión y diagnóstico de los diferentes momentos de la relación laboral es posible identificar las oportunidades de mejora y definir un plan de acción que permita avanzar hacia una ejecución de las relaciones laborales con enfoque de género, que garantice la igualdad de oportunidades en el acceso y posibilidades de hombres y mujeres en el mercado laboral.

A través de la implementación de políticas laborales con enfoque de género en las diferentes fases de la relación laboral: el reclutamiento y contratación de personal, la ejecución de la relación laboral e incluso la terminación de las relaciones de trabajo, se pueden implementar mejores prácticas desde el punto de vista del recurso humano, que permitan aprovechar la diversidad como una ventaja competitiva, mejorando el clima laboral, la productividad y la imagen del empleador en el mercado laboral.

Así, es importante para los empleadores en Colombia empezar a cuestionarse sobre su compromiso con la equidad de género desde una perspectiva laboral, analizar las prácticas actuales, avanzar hacia unas mejores prácticas y adoptar políticas con enfoque de género que soporten el compromiso en el cierre de las brechas de desigualdad que aún persisten.